GRACIAS
Gracias a todos por felicitarme por mi cumpleaños. Espero poder celebrarlo pronto con muchos de vosotros.
Zirbêth.
"Para sobrevivir, hace falta contar historias"
Gracias a todos por felicitarme por mi cumpleaños. Espero poder celebrarlo pronto con muchos de vosotros.
Fingimiento o engaño con apariencia de verdad (segunda acepción del diccionario de la RAE).
A veces estamos tan convencidos de que nuestra elección es la mejor, que damos por sentado que todos piensan igual que nosotros. Otras, es precisamente el que nadie más piense como nosotros, lo que nos hace creer que nuestra elección es la buena. La buena, ¿para quién?
Voy a subir a Aranjuez en un rato y, como voy a ir a recogerla a la oficina, mi mami me ha pedido que vaya "mona". Y es escuchar la palabra y me entran escalofríos, porque tengo asociada esa palabra indefectiblemente a pasar frío.
Es una inversión de tiempo en la que uno no puede saber cuánto va a tener que dejarse de su cuenta en el proceso. Necesito desesperadamente pasar este momento. Siento el patetismo, es que Morfeo me ha regalado por mi cumple una noche de pesadillas donde el instrumento de tortura era su silencio y mi punto débil la esperanza más allá de la desesperanza.
El otro día fui con mi mami al cine (hacía siglos que no íbamos juntas) y nos vimos Descubriendo Nunca Jamás. Aparte ya de que tras rechazar una invitación a palomitas le saqueé las suyas, hubo un momento en que la mujer que tenía sentada a mi lado izquierdo empezó a hablar, muy bajito, y cuando alcanzó el minuto de conversación, me distraje de la película. Su conversación parecía nerviosa. No, no estaban hablando de la película, era algo que las tenía, a ella y a su acompañante, algo preocupadas, si no asustadas. Pegué la oreja y descubrí que sentían como una vibración extraña que empezaba a hacerles sospechar que algo pudiera estar ocurriendo en el cine. Me concentré, tratando de descubrir a qué se referían. Pero no noté nada y me relajé de nuevo. "¿Ves? Ha parado un momento y ya ha vuelto a empezar". Volví a concentrarme, pero no conseguí percibir la vibración a la que se referían, así que volví a la película. Pero, nada, ellas insistían en hablar, así que me dirigí a ellas dispuesta a pedirles silencio y entonces...
Me siento frente al ordenador y me digo, nada, vamos contar algún episodio "interesante" de mi vida. Pero empiezo a recordarlos y, la verdad, ya no sé qué he contado y qué no. Y me digo que tal vez debería hacer una distribución ordenada de los posts por temas, al estilo de lo que veo en otros blogs. Pero, puf, eso significaría que tendría que leerme, al menos por encima, todo mi blog e ir decidiendo como englobarlos. Y, no es por nada, pero ¿ustedes se han fijado en la cantidad de posts que hay ya? Sí sólo en los dos últimos meses creo que he escrito cerca de cien. Verborrea, lo llaman, sí. Me parece que paso, que me agoto sólo de pensarlo.
No he escrito hoy. No es que la musa no haya venido a visitarme, es que me ha pillado sopa y, ante tanto bostezo sin disimular, se ha ido un tanto indignada. Me voy a ver una peli y a cenar algo.
Vale, el equipo de guardia ha llegado a la conclusión de que, tras tres días, ya la cosa parece seria. Hay dos blogs y sus respectivos blogueros desaparecidos en combate. Pliegos, de Gonzalo, y Estoy atacá, de Maguncia.
Estaba harta de Granada, en todos los sentidos. Necesitaba un cambio y, de algún modo, mi ciudad natal me llamaba mucho la atención. Conocí a alguien en un chat. Me agarré a esa posibilidad de encontrar el amor y, con un trabajo de socorrista para el verano, me vine a Madrid. Por supuesto, la relación fue un fracaso, aunque como amistad sí funcionó y entre su apoyo y el de un amigo de Granada, puede empezar mi aventura en solitario. Irme de Granada era, por supuesto, irme de casa.
Pero, jo, a ver si me centro de una vez. En dos semanas son los exámenes de Cambridge, y a ver si además, para entonces, me he quitado de encima todas las traducciones, porque, de verdad, necesito poder dedicarme sólo a las opos, y que el resto de mis actividades sean gratificantes, como el gimnasio o escribir aquí.
Dentro de cuatro días, el tiempo se habrá cobrado un año más de mi vida. Le he estado dando vueltas y he llegado a un par de conclusiones. La primera es que Shakespeare tenía razón al decir aquello de "¿Y qué hay en un nombre? Lo que llamamos rosa seguiría teniendo el mismo perfume sin ese nombre..."; y la segunda es que las tradiciones, para no morir, necesitan un toque de originalidad de vez en cuando.
"Nos encontramos en la encrucijada de todos nuestros caminos mentales, en el laberinto donde se entrecruzan conocimiento, afecto y acción. Todo influye sobre todo en una enredada causalidad recíproca que dificulta enormemente el análisis, por eso los problemas sentimentales parecen círculos sin salida. ¿Me gusta una cosa porque es bella, o es bella porque me gusta? Los sentimientos modifican el pensamiento, la acción y el entorno; la acción modifica el pensamiento, los sentimientos y el entorno; el entorno influye en los pensamientos, los sentimientos y la acción; los pensamientos influyen en el sentimiento, la acción y el entorno. Hay que tener cierto gusto por la complejidad para meterse a desenredar este lío." (José Antonio Marina, El laberinto sentimental, Anagrama 1996.)
Sí, más allá de los ovarios y de las narices. Estoy harta, HARTA, de tener que justificar o explicar por qué actúo como actúo respecto a este asunto. Y estoy hasta los cojones de que, encima, se me reproche que no sea más fuerte, más valiente o lo que narices pretendan que sea. No quiero verle, no quiero hablar con él, no quiero que nadie me hable de él ni me cuente o deje de contar. No estoy enfadada con él, simplemente necesito no saber nada de él durante una buena temporada, porque verle me duele, verle y no poder estar con él, verle como mira a otras chicas (en especial, a una de ellas) me rompe el alma. Y, lo siento, pero no tengo porque pasar por esos malos ratos, que me dejan tirada horas, si no días, sin ganas de nada.
Resulta que fue él quien dijo:
"El corazón tiene razones que la razón no entiende"
No digo que lo haya superado totalmente. Pero creo que he aprendido a verlo de otro modo. Muchas veces, me hace gracia más que ninguna otra cosa. O, tal vez, es que he relativizado la importancia que le otorgo. En cualquier caso, fracasar ya no me resulta tan traumático.
Normalmente, para una distancia de dos paradas de metro, hubiese ido andando. Pero hace un viento gélido de esos que se meten por todas partes, especialmente en las que peor llevan el frío (pobres orejitas mías), así que he ido en metro. No iba con prisa, mi intención era averiguar dónde y cómo tener una consulta médica cerca. De paso, si me daban hora, pues mejor que mejor. Noto la garganta irritada y me encuentro un poco pocha. ¿Fiebre otra vez? Mi mami dice que somatizo el estrés en forma de fiebre y resfriados, y podría ser.
Debía tener unos diez u once años, no estoy muy segura. Era verano, hacía mucho calor e iba con El Capullo en el coche creo que camino del complejo donde estaban la piscina, la tienda y el bar del Penal (el Penal de Puerto de Santa María, más conocido como Puerto II). No íbamos muy rápido, porque la velocidad en la urbanización estaba limitada, demasiados críos llendo y viniendo en total y feliz libertad (no deja de ser paradójico). Así que, al cruzarnos con un conocido que iba andando (o en bici, tal vez), El Capullo aminoró hasta parar y se puso a hablar con él. Conversación intrascendental, de esas destinadas a olvidarse sin más, pero no fue así.
¡Cómo me gusta leer vuestros comentarios! Me hacen muchísima ilusión. Besitos a todos.
Cual lechuga en primavera no sé, pero como una regadera seguro. No, no me refiero a mis incontables transtornos mentales. Es que a golpe de pedal, de pasito de pseudoescalada en el parato ese, y las clases de machaque al ritmo de la horriblemúsica maquinera (me apesta, lo siento), y aquí la nena suda y suda, y las gotitas van convirtiéndose en caudalosos riachuelos y me dejan el pantalón cual paciente con incontinencia urinaria.
Aprovechando que fui a Aranjuez a ejercer mis derechos democráticos, he expoliado la biblioteca de mi mami. Tres libros, tres, de José Antonio Marina, que a ver si soy capaz de leerme sin dejar de hacer lo que tengo que hacer. Y tengo mucho que hacer. Os dejo, que voy a traducir.
Post como el anterior son la consecuencia de estar casi dos días sin escribir en el blog. Jajajaja.
Dándole vueltas al coco, se me ha ocurrido la siguiente absurlista. La formada con las compañías que, de depender de mí, irían a la quiebra.
Procter&Gamble: "Calidad de vida para las generaciones venideras" (su eslogan).
Productos, marcas:
- Productos alimenticios: Punica, Pringles, Wick.
- Artículos de higiene: Always, Blend-a-med, Bounty, Ellen Betrix, Helmut Lang, Hugo Boss, Laura Biagiotti, Oil of Olaz, Pampers, Pantene Pro-V, Tempo, Wella, etc.
- Artículos de limpieza: Ariel, Dash, Fairy, Lenor, Mr. Proper, Fébréze y Vizir.
Página web: http://www.pg.com
Datos de la empresa:
- Ventas (2002): 43.200 millones de euros.
- Beneficios (2002): 4.100 millones de euros.
- Plantilla: 102.000 trabajadores.
- Sede: Cincinnati (Ohio, Estados Unidos).
Imputaciones: Explotación y trabajo infantil en empresas proveedoras de materias primas, actividad comercial en una dictadura militar, destrucción medioambiental, ensayos con animales.
Procter & Gamble fue fundada en 1837 por un fabricante de jabones y velas. En la actualidad, este conglomerado de empresas comercializa un total de 300 marcas en más de 140 países. Alrededor del 20% de las cifras globales de venta se generan en Alemania. En marzo de 2003, la multinacional adquirió la mayoría de las acciones de la empresa de productos capilares Darmstadt Wella. Además de dedicarse a sus sectores clave (alimentación, higiene y limpieza), P&G se unió al laboratorio Aventis para lanzar al mercado Actonel, un medicamento contra la osteoporosis. El 21 de febrero de 2001 la empresa anunció un acuerdo con CocaCola para producir y comercializar de forma conjunta la marca Pringles, así como los zumos de fruta Capoy, Minut Maid, Punica, etc.
Lo que hay que analizar con ojo crítico es, sobre todo, la producción de zumos de fruta (principalmente de naranja). Buena parte del zumo concentrado de naranja que se elabora en Europa procede de Brasil. Allí, los trabajadores de las plantaciones suelen ganar menos de 12 euros por día. La mayoría se encuentra aproximadamente un tercio por debajo del mínimo vital necesario para cubrir el coste de la cesta de la compra. Por ese motivo, en muchos casos también trabajan los niños, cuya salud se ve afectada por problemas graves y persistentes. Las empresas, por supuesto, aseguran que sus proveedores no contratan niños, aunque esto resulta difícil de controlar.
La empresa también fue cuestionada por asociaciones pro derechos humanos debido a su presencia en Myanmar (Birmania). Allí impera desde 1988 una dictadura militar que basa su poder en el empleo sistemático del trabajo forzado y la tortura. La empresa textil Levi Strauss abandonó el país por dicha causa y señaló que "era imposible hacer negocios en Birmania sin apoyar directamente al gobierno militar y a sus graves violaciones de los derechos humanos".
En 1996, Procter & Gamble fue acusada de haber causado una contaminación permanente del agua potable en Irlanda. El problema, originado por la avería en una planta de producción (donde se fabrican artículos de cosmética de la marca Oil of Olaz), obligó a la población a recurrir a camiones cisterna para abastecerse.
En junio de 1999, una organización estadounidense para la defensa de los animales (PETA) culpó a la empresa por utilizar productos para los cuales se habían realizado experimentos sin permiso legal.
A principios de 2003 se acusó también a la multinacional de no señalar una fecha concreta para poner fin a los ensayos con animales. En Gran Bretaña, críticos y críticas afirmaron que los productps Panten-Pro V Extra y Vidal Sassoon contenían productos químicos peligrosos (ftalatos). En octubre de 2002, Greenpeace USA acusó a la multinacional de utilizar en bebidas sustancias modificadas genéticamente.
Lobbys industriales: USCIB, WBCSD, CEFIC, ACC, BRT, EuropaBio, ICC.
Información adicional: http://www.ethicalconsumer.org
La publicación británica Ethical Consumer ofrece cada dos meses un panorama crítico sobre las empresas y dispone (aunque no es gratuito) de un banco de datos on-line. (El libro negro de las marcas, El lado oscuro de las empresas globales, Klaus Werner y Hans Weiss, Segunda Edición, Ed. Debate, 2004).
Dioses del cielo y de la tierra, no me "pueo moverrrr". Tengo unas agujetas de espanto, mañana voy a ser la banda sonora del gimnasio con mis quejidos y lamentos. Pobres piernas mías, pobre culo. Los abdominales, pese a haber hecho unos mil, no me duelen, ¡qué cosas!
Que tratar de ponerme a la vez con las oposiciones, los exámenes de Cambridge, las traducciones, el gimnasio y el régimen, amén de todo lo demás que uno hace al día, ha sido demasiado ambicioso. No voy a arrojar la toalla, ni mucho menos, pero voy a suavizar un poco el ritmo de lo que menos me apetece hacer: el régimen.
El que un libro no esté catalogado de gran obra de la literatura o, incluso, como simplemente literatura, no significa que no podamos encontrarnos, de vez en cuando, frases muy buenas, no por su forma, si no por su contenido. Pongamos como ejemplo la siguiente cita:
"El viejo inventor ya hacía mucho tiempo que había llegado a la conclusión de que, si uno se dedicaba exclusivamente a escuchar lo que los demás decían, no le quedaba tiempo para analizar lo que querían decir, en realidad."
O esta otra:
"Había advertido que la mejor manera de conseguir que los demás hicieran lo que él quería era inducirlos a pensar que había sido idea de ellos. Si había algo que los gnomos rechazaran, era oir a alguien diciendo: "Aquí tenéis una idea sensata. ¿Por qué sois tan estúpidos para no verlo?"."(Terry Pratchett, Cavadores, Grupo Editorial Ceac, 1996).
Últimamente, he conocido a bastante gente más jovencita que yo. Y, aunque mi madre siempre me verá como a una charlatana, la verdad es que ya no hablo ni la mitad de lo que lo hacía antes. Hubo un tiempo en que me encantaba contar batallitas, anécdotas sacadas de mis propias andanzas o sobre mi familia. Por supuesto, hace unos años mis andanzas personales eran más llamativas, porque siempre andaba metida en líos y sin parar quieta, y ahora tengo la sensación de que no me pasa nada interesante y me da por callarme. Aún así, cuando se conoce a alguien nuevo, uno suele ir hablando, aunque sea poco a poco, de sí mismo, para darse a conocer, supongo, para crear lazos. Pero, no sé, no lo hago, no caigo en la cuenta. Me uno a las conversaciones que surjan, hablo del presente, de lo que pienso de tal o cual tema y las evocaciones del pasado suelen estar vinculadas con la infancia.
Hay días en que no se da pie con bola y todo se hace un Everest a escalar, y uno se siente un completo desastre. Es muy triste. Otras, sin embargo, uno se sabe un completo desastre, pero le resbala. Y nada es triste.
Que cuando una tiene tantas obligaciones surjan tantas maravillosas tentaciones. Snif.
Ojo al dato:
"... nuestra inteligencia es estructuralmente lingüística y nuestro hábitat también lo es. Por eso continúo estando de acuerdo con uno de mis maestros, el filólogo Émile Benviniste, cuando decía [...]"En efecto, la palabra sirve, sobre todo, para vivir".
Con la aparición de la palabra se duplicó el mundo. Más aún, se duplicó también la inteligencia humana que se convirtió en dialogante consigo misma. Nos pasamos la vida hablando con los demás, pero también hablándonos. Nos hacemos preguntas, nos recriminamos, nos contamos nuestra propia historia, nos damos órdenes. [...]
Sin la ayuda del habla interna, nuestra subjetividad permanece inarticulada, empastada y borrosa. Nos vemos zarandeados por emociones innominadas que no entendemos. "No sé lo que significa que yo esté tan triste", gime Heine en un poema, y le comprendo. Necesitamos analizar nuestros propios sentimientos aprovechando los recursos que el lenguaje nos proporciona. Gracias a él podemos fijar la atención en nuestra propia vida consciente. Es el órgano de la reflexión." (José Antonio Marina, La inteligencia fracasada, Ed. Anagrama, 2004.)
Bueno, hoy he limpiado la mesita aquella que encontré en la calle y Valtimor acarreó hasta casa. Estaba bastante cochina, pero eso no ha sido lo peor. Lo peor ha sido que se ve que algo de cristal se había roto dentro y, al pasar la balleta, los minúsculos trozos de cristal se han adherido a la misma y he tenido que tirarla. Menos mal que no me he cortado (casi).
"El cuarto fracaso lo poducen los mecanismos de género. Entre hombres y mujeres de nuestra cultura hay distintas expectativas respecto a la conversacón, lo que suele producir desajustes graves en las parejas. Leslie Brody y Judith Hall afirman que la mayor prontitud con que las niñas desarrollan las habilidades verbales las hace más diestras en la articulación de sus sentimientod y más expertas en el empleo de las palabras, lo cual les permite disponer de un elenco de recursos verbales mucho más rico. Según estos investigadores, "los chicos que no suelen recivir ninguna educación que les ayude a verbalizar sus afectos, suelen mostrar una total inconsciencia con respecto a los estados emocionales, tanto propios como ajenos".
A los chicos se les educa para la autosuficiencia y a las chicas para mantener una red de relaciones. Como señala Deborah Tannen en You Just Don't Understand, esta diferencia de perspectiva les lleva a esperar cosas distintas de una simple conversación, ya que el hombre se contenta con hablar de algo mientras qu la mujer busca una mayor conexión emocional. De hecho, un estudio en que participaron 264 parejas ha revelado que para las mujeres el principal motivo de satisfacción de una relación es "que exista una buena comunicación en la pareja". Desde el punto de vista de la esposa, la intimidad conlleva, entre otras cosas, la capacidad de abordar cuestiones muy diferentes y, en especial, de hablar sobre la relación misma.La mayor parte de lo hombres, po el contrario, no acierta a comprender esta demanda y suele responder algo así como "Yo quiero hacer cosas con mi mujer, pero ella sólo quiere hablar". Niños y niñas hablan de distintas cosas. Los niños disputan. Jugar a pelearse es divertido. Las niñas prefieren sentarse y hablar de sus cosas.
Por último, las mujeres tienden a discutir sus problemas como un método para elaborarlos. Les gusta compartir experiencias, y están más dispuestas a las confidencias. Los hombres rehuyen hablar sobre temas íntimos y tienden a oir a las mujeres que discuten problemas con ellos como si hicieran explícitas demandas de solución en vez de buscar un oyente solidario. Algo parecido sucede con las preguntas. Las mujeres parecen considerar las preguntas como medio para mantener una conversación, mientras que los hombres las consideran peticiones de información." (José Antonio Marina, La inteligencia fracasada, Ed. Anagrama 2004).
Hoy, es el cumple de mi mami. Ayer, dado que el primer libro que pretendí regalarle ya lo tenía, fuí y compré otro. Ayer, gracias al cumpleaños de mi madre y a un error, descubrí (aunque ella me había hablado muchas veces del mismo) a José Antonio Marina.
A veces, los blogueros se despiden o piden una especie de tregua. Están cansados, faltos de inspiración, decaídos, "cerrados por derribo". La mayoría se excusa, de un modo u otro. La mayoría trata de hacer entender a sus seguidores el porque de su retirada temporal o definitiva. Otros, sin embargo, un buen día vas a leerles y ya no están, y el buscador te deja frente a la blancura de su ausencia.
Caramba, esta mañana he releído lo que escribí anoche y...
Una de mis compañeras de la academia se fue a Estados Unidos hace unos años, con la idea de hacer un curso para aprender inglés por inmersión. Una vez allí, uno de sus profesores la animó y ayudó a que se quedase más tiempo, y ella siguió su sugerencia y acepto su generosa ayuda.
Hoy me voy a ver a mi mami, porque en dos días cumplira una preciosa cifra de años y eso hay que celebrarlo, aunque a régimen. Hace un día magnífico, brillante y soleado. Si tuviese cámara, podría hacer unas cuantas fotos que luego enseñaros (ya puedo colgar fotos, aunque aún no sé cómo hacerlo).
Parece ser que el piso de arriba tiene una distribución distinta a la del nuestro, quedando la cocina y el salón sobre mi dormitorio y el de Chelcantaure (leído Gelcantaure). Esto no pasaría de lo anecdótico si no fuese por algunas curiosas costumbres de los ocupantes del piso.
"No conozco suficientes palabras -se dijo-. Y hay cosas que uno no puede pensar a menos que conozca las palabras correctas."
(Camioneros, Terry Pratchett.)
Demasiada gente para poder contarla.
Sensación de vacío, una vez más. Creo que necesito conocer nuevos horizontes, nuevas personas. Algo no anda bien y no sé exactamente qué es. Necesito que este cambio aporte más cosas a mi vida, que de momento el vacío sigue ahí. El vacío y la pérdida. Es curioso esto de querer acercarme y alejarme a un tiempo.
Y se me ha ocurrido que la ciencia haría bien en inventar de una puñetera vez el dispositivo llamado Sentisuctor, de manera que, al estilo de la peli Eternal Sunshine Of The Spotless Mind, a uno le pudieran quitar esas emociones negativas tan molestas que te quedan cuando el amor de tu vida, por ejemplo, decide irse con otra o dejarte. Y hala, así podríamos embarcarnos en nuevas aventuras.
La Nena me comentaba el otro día en el post titulado Tópico y empatía:
Empatizar no es tan sencillo. Se trata de una capacidad física, como la memoria. Hay gente que tiene mejor memoria que otra debido a algo referente a su cerebro (no me preguntes el qué porque no tengo la más remota idea). Con la empatía pasa lo mismo, no es algo innato en todo el mundo.
Hay quien nace con ello y lo desarrolla hasta limites dolorosos.
Hay quien nace sin ello y se apunta a cursos para aprender a serlo (porque se puede aprender, igual que se hay técnicas para mejorar la memoria).
Y hay gente que ni lo tiene ni quiere tenerlo.
Cuando alguien me deja un comentario, por lo general voy a ver su blog. Le echo un vistazo y, también habitualmente, me voy a ver sus primeros post. El primero suele ser buen reflejo de lo que vas a encontrarte más adelante. Pero como, en realidad, no creo en lo de que "la primera impresión es la que cuenta", me doy un paseo por diversos meses, al azar.
No sé, no se me ocurre ninguna cosa para contaros. Dentro de un rato, me iré a clase, la de las oposiciones. Cuatro horitas. Hoy ya he estudiado un par de horas, y otras dos de gimnasio, casi. Tirwen y Chelcantaure se han ido, y Adanedhel también, así que en la casa sólo estamos el elfo y yo. Me gustaría una tarde noche de pelis, tranquilita. No sé, a ver que tal luego.
"Head Over Feet"
Me encanta cómo las teclas del ordenador se van desgastando por el uso. Su superficie cada vez más lisa, las letras casi borradas. Supongo que no me gustará tanto el tener que comprarme un teclado nuevo de aquí a un tiempo...
Muchos de los ejercicios de clase en el British Council suelen estar hechos a base de artículos y estractos de libros que muchas veces me resultan bastante curiosos e interesantes. Uno de los últimos era sobre una escritora que se dedica a las biografías. Pero no a las biografías de personas eminentes o importantes, si no a las de aquellos que se las piden.
No, no me refiero a la habitual moda de mesa, ni siquiera al uniforme de leñador típico de las pelis norteamericanas. Me refiero a que hay cosas que me siguen dejando a cuadros pese al paso de los años.
Bueno, hoy he estudiado cinco horas, de momento, que la noche es joven y me daría tiempo a un poco más. He cumplido el régimen y, lo que me tiene alucinada, sin que me puedan el hambre o las tentaciones (y, créanme, las hay por todas partes). He ido casi dos horitas al gimnasio. Me ha faltado traducir un rato, pero creo que va a ser más fácil si a traducir dedico los viernes y sábados, y el resto de la semana la dedico a estudiar. Así, cuando el jueves salga hasta los vaudios de la academia de las oposiciones, agradeceré el cambio.
Le persigo a lo largo de mis propias páginas. A veces, me llegan sus comentarios, y yo me vuelvo loca buscando a qué post pertenecen. Como soy un desastre con astigmatismo, seguro que me los he pasado muchas veces. Aldebarán se está leyendo, sospecho, mi blog al completo. Me siento responsable, debería enviarle un poco de bicarbotato y un colirio en gotitas, para que no sufra.
Cada vez que ese merluzo* abre la boca, sube el pan. Y lo peor es que no es un merluzo aislado, si no todo un banco de ellos. Porque, claro, enriquecer a los bancos y a las grandes empresas a costa de una explotación cada vez más cercana al esclavismo, eso está bien, pero tratar de mejorar las condiciones de los inmigrantes mediante regularizaciones para que sean empleados legales (pagarán impuestos, ellos y sus contratadores, por poner un ejemplo), eso, no es más que un malicioso intento de que los votantes les vuelvan a elegir.
Bueno, repasando los propósitos del día, debo decir que no me ha dado tiempo a estudiar casi, que no he terminado de ordenar la leonera. Pero he fregado los platos (la cocina, al final, he traducido la mitad de lo que me he propuesto, he repasado inglés (algo), y he empezado el gimnasio y el régimen exitosamente.
¿Por qué le resulta tan difícil de entender a tanta gente que la única responsable de mis sentimientos soy yo misma? Como del resto de mis actos.
Bueno, el azar, la fortuna o la poca vergüenza, me han conseguido una mesita de noche. Ayer volviendo a casa para comer, encontré junto al contenedor de basura un mueble que, aunque no en perfecto estado, está lo suficientemente bien como para tener el honor de ir a formar parte de mi mobiliario, previo paso por la bañera, el estropajo con lejía y un adecuado secado.
Lo de los buenos propósitos por Año Nuevo está muy bien, es muy bonito y todo eso. Pero hablemos en serio, hablemos de los buenos propósitos a corto plazo. Buenos propósitos para la semana, o para el día, ya puestos.
Estoy resfriada y con sensación de cansancio acumulado. Y falta de horas de sueño. Mañana, tengo que ir a la reunión para presentar a un nuevo socio, y luego a casita a estudiar y traducir, si me da tiempo.
Esto lleva siglos pululando por Internet, pero a mí me da un ataque de risa cada vez que lo leo.
Hoy he empezado en la academia de las oposiciones. Tengo una doble sensación bastante contradictoria. Por un lado, la sensación de que no va a ser tan difícil, después de todo, pues los temas están muy bien escritos, explicados, resumidos, etc., y los profesores parecen estar bien preparados. Además, decididamente, estos dos años en Inglaterra van a marcar una notable diferencia en la primera parte del primer examen, que es oral, ya que hacen media de este y del escrito. Superado ese exámen, una plaza será indefectiblemente mía.
Un compañero de clase me vió el otro día leyendo El Señor de los Anillos, y muy tranquilamente afirmó que es para niños y que mejor debería leerme no sé qué libros de fantasía, mientras agitaba delante mía una bolsita de cartas de Magic o similar, porque eso sí que era buena literatura.
En su quinta acepción, el Diccionario de la Real Academia Española nos dice que tópico es Lugar común que la retórica antígua convirtió en fórmulas o clichés fijos y admitidos en esquemas formales o conceptuales de que se sirvieron los escritores con frecuencia.
Estoy desentrenada, lo admito. Me cuesta y no sé si lo estoy haciendo bien o no. Pero lo intento. Con el inglés es fácil, es hacer ejercicios y más ejercicios y leer mucho. Las oposiciones, es leer en inglés, todo en inglés, lo cual está bien y, por otro lado, hace tanto que no miro nada de magisterio, que hasta me resulta estimulante.
Cachis los mengues, ya he vuelto a caer griposa. Pues sabes qué te digo, gripe de mi****, ¡que te voy a dar jarabe de palo!
Bueno, como ya creo haber comentado, este pasado fin de semana fue la caña. Por primera vez en años, salí de juerga y me acosté a las ocho de la mañana. Todo empezó por un cúmulo de casualidades. Me pasé la mañana del sábado en casa, dedicada a mis asuntos (limpiar, compras de comida, estudiar un rato...). Por la tarde, venían a casa Oron y Melian: queríamos dar forma a un proyecto para finales de año, y luego había consentido, tras muchos tira y afloja y tras varias peticiones rechazadas, en ir a un concierto gratuíto en Valdemorillo de Mago de Oz, grupo del que he oído hablar mucho, pero que jamás había escuchado. Me da pereza salir, soy de las que prefiere verse una peli tranquilamente en casa. Pero bueno, dije que sí, con sensación de arrepentimiento. Pero hacía tanto, y me lo pidieron dos personas tan especiales. Rhiwen iba a venir a la reunión de preparación, cargada con ropa "especial" para elconcierto, pero se quedó sopa, así que lelgó justa para vestirnos y salir corriendo. Una lástima no haberme hecho ninguna foto, porque hay pocas ocasiones de verme de semejante guisa. Nos "vestimos" de siniestras, todo negro, con corsés apretados, faldas largas y medio destrozadas. Nos pintarrajeamos y, bien abrigaditas (madre mía, varios grados bajo cero), nos emcaminamos, tarde, hacia la estación de autobuses, donde habíamos quedado con Zagar y un amigo al que jamás habíamos visto en persona, Valtimor. Tras una sesión de persuasión, Oron se vino con nosotras. El medio elfo es débil.