lunes, enero 30, 2006

SER CONSCIENTES

¿Véis? Últimamente estoy totalmente fuera del mundo. El sistema funciona, ya lo creo. Trabajar y mantenerse precariamente, de manera que acabas agobiado y sin tiempo para nada, ni ganas, excepto para las cuatro cosas lúdicas que puedas permitirte.

Bien, pues como llevo una racha en que casi no leo blogs ajenos, ni los periódicos alternativos que solía leer, me había perdido esto que editó junjan en su blog La opinión alternativa, que a su vez extrajo de "Otro mundo es posible".

STOP BOLKESTEIN

NO a una Europa del retroceso social
NO a una Europa de regresión educativa

Por iniciativa del anterior comisario europeo Frits Bolkestein (liberal holandés) se está estudiando en la actualidad un proyecto de directiva (ley europea) sobre la libre circulación de los servicios en los países de la Unión Europea texto de la propuesta de directiva PDF)

Esta directiva europea, de llegar a ser adoptada, tendría como consecuencia que todos los servicios suministrados en la Unión Europea serían considerados como cualquier producto económico. De esta forma, sectores esenciales como la cultura, la educación, la atención sanitaria y todos los servicios dependientes de los sistemas nacionales de protección social podrían estar sujetos a las mismas formas de competencia económica que las mercancías.

Esta evolución supondría inevitablemente el deterioro de los sistemas públicos de pensiones, de las ayudas sociales o del sistema sanitario, en favor de los sistemas privados. Igualmente significaría la desregulación de nuestros sistemas educativos y el final de toda forma de excepción cultural. Además, la aplicación de esta directiva pondría en cuestión los derechos de los trabajadores consagrados por las leyes nacionales de los países de la Unión.

Desde el pasado Marzo, algunos partidos políticos e instancias nacionales europeas (asociaciones, sindicatos, etc) habían hecho sonar la alarma e invocado a la movilización de las fuerzas progresistas para luchar contra este proyecto de Directiva que entraña una regresión social.

A pesar de estos esfuerzos, una gran mayoría de Estados miembros se muestra hoy día favorable a la adopción inmediata de este proyecto de Directiva. Se trata de una decisión que no precisa unanimidad por lo que ningún gobierno, y menos todavía un partido político, puede impedir por sí solo la adopción de esta Directiva.

De esta manera, sólo una fuerte movilización de la sociedad civil dentro de la Unión podría impedir este desarrollo.
Es urgente reaccionar.

- Firma la petición electrónica.
- La directiva Bolkestein.


Puf, qué tarde llego.

Zirbêth.

HAROLD PINTER

Hace unas semanas/meses, por un problema con el correo, cambié mi cuenta de e-mail a la que ahora tengo. Por supuesto, envié a mis amigos una aviso con el cambio de dirección, añadí sus direcciones a mi nueva agenda y todos esos pequeños inconvenientes de cambiar de cuenta de correo. Muchos me contestaron, pero entre ellos, F. me envió algo más que una confirmación de que le había llegado el aviso. Me envió dos enlaces a algo que, vergüenza debería darme, no he escuchado y leído hasta hoy: el discurso de Harold Pinter, ganador del Premio Nobel de Literatura 2005, titulado Arte, Verdad y Política. Lo he leído en inglés, que es lo que os recomiendo, pero entiendo que hay quien no sabe inglés, y aún así sería bueno que lo leyeran. Lo he buscado traducido y lo he encontrado. Aquí lo tenéis. La traducción es de los lectores de escolar.net.

Harold Pinter: Discurso de agradecimiento del Nobel de Literatura 2005

Arte, Verdad y Política

En 1958, escribí lo siguiente:

"No hay grandes diferencias entre realidad y ficción, ni entre lo verdadero y lo falso. Una cosa no es necesariamente verdadera o falsa; puede ser al mismo tiempo verdadera y falsa."

Creo que estas afirmaciones aún tienen sentido, y aún se aplican a la exploración de la realidad a través del arte. Así que, como escritor, las mantengo, pero como ciudadano no puedo; como ciudadano he de preguntar: ¿Qué es verdad? ¿Qué es mentira?

La verdad en el arte dramático es siempre esquiva. Uno nunca la encuentra del todo, pero su búsqueda llega a ser compulsiva. Claramente, es la búsqueda lo que motiva el empeño. Tu tarea es la búsqueda. De vez en cuando, te tropiezas con la verdad en la oscuridad, chocando con ella o capturando una imagen fugaz o una forma que parece tener relación con la verdad, muy frecuentemente sin que te hayas dado cuenta de ello. Pero la auténtica verdad es que en el arte dramático no hay tal cosa como una verdad única. Hay muchas. Y cada una de ellas se enfrenta a la otra, se alejan, se reflejan entre sí, se ignoran, se burlan la una de la otra, son ciegas a su mera existencia. A veces, sientes que tienes durante un instante la verdad en la mano para que, a continuación, se te escabulla entre los dedos y se pierda.

Me han preguntado con frecuencia cómo nacen mis obras teatrales. No sé cómo explicarlo. Como tampoco puedo resumir mis obras, a menos que explique qué ocurre en ellas. Esto es lo que dicen. Esto es lo que hacen.

Casi todas las obras nacen de una frase, una palabra o una imagen. A la palabra le sigue rápidamente una imagen. Os daré dos ejemplos de dos frases que aparecieron en mi cabeza de la nada, seguidas por una imagen, seguidas por mí.

Las obras son “The Homecoming” ("La vuelta a casa") y “Old times” ("Viejos tiempos"). La primera frase de “The Homecoming” es “¿Qué has hecho con las tijeras?" La primera frase de “Old times” es “Oscuro”.

En ninguno de los casos disponía de más información.

En el primer caso alguien estaba, obviamente, buscando unas tijeras, y preguntaba por su paradero a otro de quien sospechaba que probablemente las había robado. Pero, de alguna manera, yo sabía que a la persona interrogada le importaban un bledo tanto las tijeras como el interrogador.

En “Oscuro”, tomé la descripción del pelo de alguien, el pelo de una mujer, y era la respuesta a una pregunta. En ambos casos me encontré obligado a continuar. Ocurrió visualmente, en una muy lenta graduación, de la sombra hacia la luz.

Siempre comienzo una obra llamando a los personajes A, B y C.

En la obra que acabaría convirtiéndose en “The Homecoming”, ví a un hombre entrar en una habitación austera y hacerle la pregunta a un hombre más joven sentado en un feo sofá con un periódico de carreras de caballos. De alguna forma sospechaba que A era un padre y que B era su hijo, pero no tenía la certeza. Esta posibilidad se confirmaría sin embargo poco después cuando B (que más adelante se convertiría en Lenny) le dice a A (más adelante convertido en Max), “Papá, ¿te importa si cambiamos de tema de conversación? Te quiero preguntar algo. Lo que cenamos antes, ¿cómo se llama? ¿Cómo lo llamas tú? ¿Por qué no te compras un perro? Eres un chef de perros. De verdad. Crees que estas cocinando para perros.” De manera que como B le llama a A “Papá” me pareció razonable asumir que eran padre e hijo. A era claramente el cocinero y su comida no parecía ser muy valorada. ¿Significaba esto que no había una madre? Eso aún no lo sabía. Pero, como me dije a mí mismo entonces, nuestros principios nunca saben de nuestros finales.

“Oscuro”. Una gran ventana. Un cielo al atardecer. Un hombre, A (que se convertiría en Deeley) y una mujer, B (que luego sería Kate) sentados con unas bebidas. ¿Gorda o flaca?, pregunta el hombre. ¿De quién hablan? Pero entonces veo, de pie junto a la ventana, a una mujer, C (que sería Anna), iluminada por una luz diferente, de espaldas a ellos, con el pelo oscuro.

Es un momento extraño, el momento de crear unos personajes que hasta el momento no han existido. Todo lo que sigue es irregular, vacilante, incluso alucinatorio, aunque a veces puede ser una avalancha imparable. La posición del autor es rara. De alguna manera no es bienvenido por los personajes. Los personajes se le resisten, no es fácil convivir con ellos, son imposibles de definir. Desde luego no puedes mandarles. Hasta un cierto punto, puedes jugar una partida interminable con ellos al gato y al ratón, a la gallina ciega, al escondite. Pero finalmente encuentras que tienes a personas de carne y hueso en tus manos, personas con voluntad y con sensibilidades propias, hechas de partes que eres incapaz de cambiar, manipular o distorsionar.

Así que el lenguaje en el arte es una ambiciosa transacción, unas arenas movedizas, un trampolín, un estanque helado que se puede abrir bajo tus pies, los del autor, en cualquier momento.

Pero, como he dicho, la búsqueda de la verdad no se puede detener nunca. No puede aplazarse, no puede retrasarse. Hay que hacerle frente, ahí mismo, en el acto.

El teatro político presenta una variedad totalmente distinta de problemas. Hay que evitar los sermones a toda costa. Lo esencial es la objetividad. Hay que dejar a los personajes que respiren por su cuenta. El autor no ha de confinarlos ni restringirlos para que satisfagan sus propios gustos, disposiciones o prejuicios. Ha de estar preparado para acercarse a ellos desde una variedad de ángulos, desde un surtido amplio y desinhibido de perspectivas que resulten. Quizá, de vez en cuando, cogerlos por sorpresa, pero a pesar de todo, dándoles la libertad para ir allí donde deseen. Esto no siempre funciona. Y, por supuesto, la sátira política no se adhiere a ninguno de estos preceptos. De hecho, hace precisamente lo contrario, que es su auténtica función.

En mi obra ¨The Birthday Party” ("La fiesta de cumpleaños") creo que permito el funcionamiento de un amplio abanico de opciones en un denso bosque de posibilidades antes de concentrarme finalmente en un acto de dominación.

“Mountain Language” ("El lenguaje de la montaña") no aspira a esa amplitud de funcionamiento. Es brutal, breve y desagradable. Pero los soldados en la obra sí que se divierten con ello. Uno a veces olvida que los torturadores se aburren fácilmente. Necesitan reírse de vez en cuando para mantener el ánimo. Este hecho ha sido confirmado naturalmente por lo que ocurrió en Abu Ghraib en Bagdad. “Mountain Language” sólo dura 20 minutos, pero podría continuar hora tras hora, una y otra y otra vez, repetirse de nuevo lo mismo de forma continua, una y otra vez, hora tras hora.

“Ashes to ashes” ("Polvo eres"), por otra parte, me da la impresión de que transcurre bajo el agua. Una mujer que se ahoga, su mano que emerge sobre las olas intentando alcanzar algo, que se hunde y desaparece, buscando a otros, pero sin encontrar a nadie, ya sea por encima o por debajo del agua, encontrando únicamente sombras, reflejos, flotando; la mujer es una figura perdida en un paisaje que las aguas están cubriendo, una mujer incapaz de escapar de la catástrofe que parecía que sólo afectaba a otros.

Pero, de la misma forma que ellos murieron, ella también ha de morir.

El lenguaje político, tal como lo usan los políticos, no se adentra en ninguno de estos territorios dado que la mayoría de los políticos, según las evidencias de que disponemos, no están interesados en la verdad sino en el poder y en conservar ese poder. Para conservar ese poder es necesario mantener al pueblo en la ignorancia, que las gentes vivan sin conocer la verdad, incluso la verdad sobre sus propias vidas. Lo que nos rodea es un enorme entramado de mentiras, de las cuales nos alimentamos.

Como todo el mundo aquí sabe, la justificación de la invasión de Irak era que Sadam Hussein tenía en su posesión un peligrosísimo arsenal de armas de destrucción masiva, algunas de las cuales podían ser lanzadas en 45 minutos y provocar una espeluznante destrucción. Nos aseguraron que eso era cierto. No era cierto. Nos contaron que Irak mantenía una relación con Al Quaeda y que era en parte responsable de la atrocidad que ocurrió en Nueva York el 11 de Septiembre de 2001. Nos aseguraron que esto era cierto. No era cierto. Nos contaron que Irak era una amenaza para la seguridad del mundo. Nos aseguraron que era cierto. No era cierto.

La verdad es algo completamente diferente. La verdad tiene que ver con la forma en la que Estados Unidos entiende su papel en el mundo y cómo decide encarnarlo.

Pero antes de volver al presente me gustaría mirar al pasado reciente, me refiero a la política exterior de Estados Unidos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Creo que es nuestra obligación someter esta época a cierta clase de escrutinio, aunque sea de una manera incompleta, que es todo lo que nos permite el tiempo que tenemos.

Todo el mundo sabe lo que ocurrió en la Unión Soviética y por toda la Europa del Este durante el periodo de posguerra: la brutalidad sistemática, las múltiples atrocidades, la persecución sin piedad del pensamiento independiente. Todo ello ha sido ampliamente documentado y verificado.

Pero lo que yo pretendo mostrar es que los crímenes de los EEUU en la misma época sólo han sido registrados de forma superficial, no digamos ya documentados, o admitidos, o reconocidos siquiera cómo crímenes. Creo que esto hay que solucionarlo y que la verdad sobre este asunto tiene mucho que ver con la situación en la que se encuentra el mundo actualmente. Aunque limitadas, hasta cierto punto, por la existencia de la Unión Soviética, las acciones de los Estados Unidos a lo ancho y largo del mundo dejaron claro que habían decidido que tenían carta blanca para hacer lo que quisieran.

La invasión directa de un estado soberano nunca ha sido el método favorito de Estados Unidos. En la mayoría de los casos, han preferido lo que ellos han descrito como “conflicto de baja intensidad”. Conflicto de baja intensidad significa que miles de personas mueren pero más lentamente que si lanzases una bomba sobre ellos de una sola vez. Significa que infectas el corazón del país, que estableces un tumor maligno y observas el desarrollo de la gangrena. Cuando el pueblo ha sido sometido - o molido a palos, que viene a ser lo mismo – y tus propios amigos, los militares y las grandes corporaciones, se sientan confortablemente en el poder, tú te pones frente a la cámara y dices que la democracia ha prevalecido. Esto fue lo normal en la política exterior de los Estados Unidos durante los años de los que estoy hablando.

La tragedia de Nicaragua fue un ejemplo muy significativo. La escogí para exponerla aquí como un ejemplo claro de cómo ve Estados Unidos su papel en el mundo, tanto entonces como ahora.

Yo estuve presente en una reunión en la embajada de los EEUU en Londres a finales de los 80.

El Congreso de Estados Unidos estaba a punto de decidir si dar más dinero a la Contra para su campaña contra el estado de Nicaragua. Yo era un miembro de una delegación que venía a hablar en nombre de Nicaragua, pero la persona más importante en esta delegación era el Padre John Metcalf. El líder del grupo de EEUU era Raymond Seitz (por aquel entonces el ayudante del embajador, más tarde él mismo sería embajador). El Padre Metcalf dijo: “Señor, dirijo una parroquia en el norte de Nicaragua. Mis feligreses construyeron una escuela, un centro de salud, un centro cultural. Vivíamos en paz. Hace unos pocos meses un grupo de la Contra atacó la parroquia. Lo destruyeron todo: la escuela, el centro de salud, el centro cultural. Violaron a las enfermeras y las maestras, asesinaron a los médicos, de la forma más brutal. Se comportaron como salvajes. Por favor, exija que el gobierno de EEUU retire su apoyo a esta repugnante actividad terrorista.”

Raymond Seitz tenía muy buena reputación como hombre racional, responsable y altamente sofisticado. Era muy respetado en los círculos diplomáticos. Escuchó, hizo una pausa, y entonces habló con gravedad. 'Padre', dijo, 'déjame decirte algo. En la guerra, la gente inocente siempre sufre'. Hubo un frío silencio. Le miramos. Él no parpadeó.

La gente inocente, en realidad, siempre sufre.

Finalmente alguien dijo: 'Pero en este caso “las personas inocentes” fueron las víctimas de una espantosa atrocidad subvencionada por su gobierno, una entre muchas. Si el Congreso concede a la Contra más dinero, tendrán lugar más atrocidades de esta clase. ¿No es así? ¿No es por tanto su gobierno culpable de apoyar actos de asesinato y destrucción contra los ciudadanos de un estado soberano?

Seitz se mantuvo imperturbable. 'No estoy de acuerdo con que los hechos tal como han sido presentados apoyen sus afirmaciones'. dijo.

Mientras abandonábamos la embajada un asistente estadounidense me dijo que había disfrutado con mis obras. No le respondí.

Debo recordarles que el entonces presidente, Reagan, hizo la siguiente declaración: 'La Contra es el equivalente moral a nuestros Padres Fundadores'.

Los Estados Unidos apoyaron la brutal dictadura de Somoza en Nicaragua durante 40 años. El pueblo nicaragüense, guiado por los sandinistas, derrocó este régimen en 1979, una impresionante revolución popular.

Los sandinistas no eran perfectos. Tenían una claro componente de arrogancia y su filosofía política contenía un cierto número de elementos contradictorios. Pero eran inteligentes, racionales y civilizados. Se propusieron conseguir una sociedad estable, decente y plural. La pena de muerte fue abolida. Cientos de miles de campesinos pobres fueron librados de una muerte segura. A unas 100.000 familias se le dieron títulos de propiedad sobre tierras. Se construyeron dos mil escuelas. Una notable campaña educativa redujo el analfabetismo en el país a menos de una séptima parte. Se establecieron una educación y un servicio de salud gratuitos. La mortalidad infantil se redujo en una tercera parte. La polio fue erradicada.

Los Estados Unidos denunciaron estos logros como una subversion marxista/leninista. Desde el punto de vista del gobierno de los Estados Unidos, se estaba estableciendo un ejemplo peligroso. Si a Nicaragua se le permitía fijar normas básicas de justicia social y económica, si se le permitía incrementar los niveles de salud y educación y alcanzar una unidad social y un respeto nacional propio, los países vecinos se plantearían las mismas cuestiones y harían lo mismo. En ese momento había por supuesto una feroz resistencia al status quo en el Salvador.

He hablado anteriormente de 'un entramado de mentiras' que nos rodea. El presidente Reagan describía habitualmente a Nicaragua como un 'calabozo totalitario'. Esto fue aceptado de forma general por los medios, y por supuesto por el gobierno británico, como un comentario acertado e imparcial. Pero lo que ocurre es que, bajo el gobierno sandinista, no estaba documentada la existencia de escuadrones de la muerte . No había constancia de torturas. No estaba probada la existencia de una brutalidad sistemática u oficial por parte de los militares. Ningún sacerdote fue asesinado en Nicaragua. De hecho, había tres sacerdotes en el gobierno, dos jesuitas y un misionero Maryknoll. Los calabozos totalitarios estaban en realidad muy cerca, en El Salvador y en Guatemala. Los Estados Unidos habían hecho caer en 1954 al gobierno elegido democráticamente en Guatemala y se calcula que unas 200.000 personas habían sido víctimas de las sucesivas dictaduras militares.

Seis de los más eminentes jesuitas del mundo fueron asesinados brutalmente en la Universidad de Centro América en San Salvador en 1989 por un batallón del regimiento Alcatl entrenado en Fort Benning, Georgia, USA. Un hombre extremadamente valiente, el arzobisbo Romero, fue asesinado mientras se dirigía a la gente. Se calcula que murieron 75.000 personas. ¿Por qué fueron asesinadas? Fueron asesinadas porque creían que una vida mejor era posible y que debía conseguirse. Esta creencia los convirtió de forma inmediata en comunistas. Murieron porque se atrevieron a cuestionar el status quo, la interminable situación de pobreza, enfermedad, degradación y opresión que habían recibido como herencia.

Los Estados Unidos finalmente hicieron caer el gobierno Sandinista. Tardaron varios años y hubo una resistencia considerable, pero una persecución económica implacable y 30.000 muertos al final minaron la moral del pueblo nicaragüense. Exhaustos y condenados a la pobreza una vez más. Los casinos volvieron al país, la salud y la educación gratuita se acabaron. Las grandes empresas volvieron en mayor número. La 'Democracia' había prevalecido.

Pero esta “política” no se limitó, de ninguna manera, a Centroamérica. Se realizó a lo largo y ancho del mundo. No tenía final. Y ahora es como si nunca hubiese sucedido.

Los Estados Unidos apoyaron y en algunos casos crearon todas las dictaduras militares de derechas en el mundo tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Me refiero a Indonesia, Grecia, Uruguay, Brasil, Paraguay, Haití, Turquía, Filipinas, Guatemala, El Salvador, y, por supuesto, Chile. El horror que los Estados Unidos infligieron a Chile en 1973 no podrá ser nunca purgado ni olvidado.

Cientos de miles de muertes tuvieron lugar en todos estos países. ¿Tuvieron lugar? ¿Son todas esas muertes atribuibles a la política exterior estadounidense? La respuesta es sí, tuvieron lugar y son atribuibles a la política exterior estadounidense. Pero ustedes no lo sabrían.

Esto nunca ocurrió. Nunca ocurrió nada. No ocurrió ni siquiera mientras estaba ocurriendo. No importaba. No era de interés. Los crímenes de Estados unidos han sido sistemáticos, constantes, inmorales, despiadados, pero muy pocas personas han hablado de ellos. Esto es algo que hay que reconocerle a los Estados Unidos. Han ejercido su poder a través del mundo sin apenas dejarse llevar por las emociones mientras pretendían ser una fuerza al servicio del bien universal. Ha sido un brillante ejercicio de hipnosis, incluso ingenioso, y ha tenido un gran éxito.

Os digo que Estados Unidos son sin duda el mayor espectáculo ambulante. Pueden ser brutales, indiferentes, desdeñosos y bárbaros, pero también son muy inteligentes. Como vendedores no tienen rival, y la mercancía que mejor venden es el amor propio. Es un gran éxito. Escuchen a todos los presidentes de Estados Unidos en la televisión usando las palabras, “el pueblo americano”, como en la frase, “Le digo al pueblo americano que es la hora de rezar y defender los derechos del pueblo americano y le pido al pueblo americano que confíe en su presidente en la acción que va a tomar en beneficio del pueblo americano”.

Es una estratagema brillante. El lenguaje se usa hoy en día para mantener controlado al pensamiento. Las palabras “el pueblo americano” producen un cojín de tranquilidad verdaderamente sensual. No necesitas pensar. Simplemente échate sobre el cojín. El cojín puede estar sofocando tu inteligencia y tu capacidad crítica pero es muy cómodo. Esto no funciona, por supuesto, para los 40 millones de personas que viven bajo la línea de pobreza y los dos millones de hombres y mujeres prisioneras en los vastos “gulags” de las cárceles, que se extienden a lo largo de todo Estados Unidos.

Estados Unidos ya no se preocupa por los conflictos de baja intensidad. No ven ningún interés en ser reticentes o disimulados. Ponen sus cartas sobre la mesa sin miedo ni favor. Sencillamente les importan un bledo las Naciones Unidas, la legalidad internacional o el desacuerdo crítico, que juzgan impotentes e irrelevantes. Tienen su propio perrito faldero acurrucado detrás de ellos, la patética y supina Gran Bretaña.

¿Qué le ha pasado a nuestra sensibilidad moral? ¿La hemos tenido alguna vez? ¿Qué significan estas palabras? ¿Se refieren a un termino muy raramente utilizado estos días – conciencia? ¿Una conciencia para usar no sólo con nuestros propios actos sino para usar también con nuestra responsabilidad compartida en los actos de los demás? ¿Está todo muerto? Mirad Guantánamo. Cientos de personas detenidas sin cargos a lo largo de tres años, sin representación legal ni un juicio conveniente, técnicamente detenidos para siempre. Esta estructura totalmente ilegal se mantiene como un desafío a la convención de Ginebra. Esto no es sólo tolerado sino que es difícilmente planteado por lo que se llama “la comunidad internacional”. Esta atrocidad criminal la comete un país, que se declara a sí mismo “el líder del mundo libre”. ¿Pensamos en los habitantes de la bahía de Guantánamo? ¿Qué es lo que dicen los medios? Lo reseñan ocasionalmente – una pequeña mención en la pagina seis. Ellos han sido consignados a una tierra de nadie de la que, por cierto, puede que nunca regresen. En la actualidad muchos están en huelga de hambre, alimentados a la fuerza, incluidos los residentes británicos. No hay sutilezas en estos procesos de alimentación. Ni sedaciones ni anestésicos. Solo un tubo insertado en tu nariz y dentro de tu garganta. Tú vomitas sangre. Esto es tortura. ¿Qué ha dicho la secretaria británica de Exteriores sobre esto? Nada. ¿Qué ha dicho el primer ministro británico sobre esto? Nada ¿Por qué no? Porque los Estados Unidos han dicho: criticar nuestra conducta en la bahía de Guantánamo constituye un acto poco amistoso. O estáis con nosotros o contra nosotros. Así que Blair se calla.

La invasión de Irak ha sido un acto de bandidos, un evidente acto de terrorismo de estado, demostrando un desprecio absoluto por el concepto de leyes internacionales. La invasión fue una acción militar arbitraria basada en una serie de mentiras sobre mentiras y burda manipulación de los medios y, por consiguiente, del público; un acto con la intención de consolidar el control económico y militar de Estados Unidos sobre Oriente Medio camuflado – como ultimo recurso – todas las otras justificaciones han caído por ellas mismas – como una liberación. Una formidable aseveración de la fuerza militar responsable de la muerte y mutilación de cientos y cientos de personas inocentes.

Hemos traído tortura, bombas racimo, uranio empobrecido, innumerables actos de muerte aleatoria, miseria, degradación y muerte para el pueblo Iraquí y lo llamamos “llevar la libertad y la democracia a Oriente Medio”

¿Cuánta gente tienes que matar antes de ser considerado un asesino de masas y un criminal de guerra? ¿Cien mil? Más que suficiente, habría pensado yo. Por eso es justo que Bush y Blair sean procesados por el Tribunal Penal Internacional. Pero Bush ha sido listo. No ha ratificado al Tribunal Penal Internacional. Por eso si un soldado o político americano es arrestado Bush ha advertido que enviaría a los marines. Pero Tony Blair ha ratificado el Tribunal y por eso se le puede perseguir. Podemos proporcionarle al Tribunal su dirección si está interesado. Es el número 10 de Downing Street, Londres.

La muerte en este contexto es irrelevante. Ambos, Bush y Blair colocan la muerte bien lejos, en los números atrasados. Al menos 100.000 iraquíes murieron por las bombas y misiles americanos antes de que la insurgencia iraquí empezase. Estas personas no existen ahora. Sus muertes no existen. Son espacios en blanco. Ni siquiera han sido registrados como muertos. 'No hacemos recuento de cuerpos', dijo el general americano Tommy Franks.

Al inicio de la invasión se publicó en la portada de los periódicos británicos una fotografía de Tony Blair besando la mejilla de un niño iraquí. 'Un niño agradecido' decía el pie de foto. Unos días después apareció una historia con una fotografía, en una página interior, de otro niño de cuatro años sin brazos. Su familia había sido alcanzada por un misil. Él fue el único superviviente. '¿Cuando recuperaré mis brazos?' preguntaba. La historia desapareció. Bien, Tony Blair no lo tenía en sus brazos, tampoco el cuerpo de ningún otro niño mutilado, ni el de ningún cadáver ensangrentado. La sangre es sucia. Ensucia tu camisa y tu corbata cuando te encuentras dando un discurso sincero en televisión.

Los 2000 americanos muertos son una vergüenza. Son transportados a sus tumbas en la oscuridad. Los funerales son discretos, fuera de peligro. Los mutilados se pudren en sus camas, algunos para el resto de sus vidas. Así los muertos y los mutilados se pudren, en diferentes tipos de tumbas.

He aquí un extracto del poema de Pablo Neruda: “Explico Algunas Cosas”:

Y una mañana todo estaba ardiendo
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños

Chacales que el chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiaran!

Frente a vosotros he visto la sangre
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!

Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio
del corazón.

Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?

Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
venid a ver la sangre
por las calles!

Quisiera dejar claro que citando el poema de Neruda no estoy comparando de ninguna manera la República Española con el Irak de Saddam Hussein. Cito a Neruda porque en ningún otro sitio de la lírica contemporánea leí una descripción más insistente y cierta del bombardeo contra civiles.

He dicho antes que los Estados Unidos están ahora siendo totalmente francos poniendo las cartas sobre la mesa. Éste es el caso. Su política oficial es hoy en día definida como "Dominio sobre todo el espectro". Ése no es mi término, es el suyo. "Dominio sobre todo el espectro" quiere decir control de la tierra, mar, aire y espacio y todos sus recursos.

Los Estados Unidos ahora ocupan 702 bases militares a lo largo del mundo en 132 países, con la honorable excepción de Suecia, por supuesto. No sabemos muy bien como han llegado a estar ahí pero de hecho están ahí.

Los Estados Unidos poseen 8000 cabezas nucleares activas y usables. Dos mil están en sus disparaderos, alerta, listas para ser lanzadas 15 minutos después de una advertencia. Están desarrollando nuevos sistemas de fuerza nuclear, conocidos como "destructores de búnkeres". Los británicos, siempre cooperativos, están intentando reemplazar su propio misil nuclear, Trident. ¿A quién, me pregunto, están apuntando? ¿A Osama Bin Laden? ¿A ti? ¿A mí? ¿A mi vecino? ¿China? ¿París? Quién sabe. Lo que sí sabemos es que esta locura infantil - la posesión y uso en forma de amenazas de armas nucleares - constituye el meollo de la actual filosofía política de Estados Unidos. Debemos recordarnos a nosotros mismos que Estados Unidos está en una continua misión militar y no muestra indicios de aminorar el paso.

Muchos miles, si no millones, de personas en los propios Estados Unidos están demostrablemente asqueadas, avergonzadas y enfadadas por las acciones de su gobierno, pero, tal y como están las cosas, no son una fuerza política coherente - todavía. Pero la ansiedad, la incertidumbre y el miedo que podemos ver crecer cada día en los Estados Unidos no es probable que disminuya.

Sé que el presidente Bush tiene algunos escritores de discursos muy competentes pero quisiera prestarme voluntario para el puesto. Propongo el siguiente discurso breve que él podría leer en televisión a la nación. Le veo solemne, con el pelo cuidadosamente peinado, serio, confiado, sincero, frecuentemente seductor, a veces empleando una sonrisa irónica, curiosamente atractiva, un auténtico macho.

"Dios es bueno. Dios es grande. Dios es bueno. Mi dios es bueno. El Dios de Bin Laden es malo. El suyo es un mal Dios. El dios de Saddam también era malo, aunque no tuviera ninguno. Él era un bárbaro. Nosotros no somos bárbaros. Nosotros no decapitamos a la gente. Nosotros creemos en la libertad. Dios también. Yo no soy bárbaro. Yo soy el líder democráticamente elegido de una democracia amante de la libertad. Somos una sociedad compasiva. Electrocutamos de forma compasiva y administramos una compasiva inyección letal. Somos una gran nación. Yo no soy un dictador. Él, sí. Yo no soy un bárbaro. Él, sí. Y aquel otro, también. Todos lo son. Yo tengo autoridad moral. ¿Ves mi puño? Esta es mi autoridad moral. Y no lo olvides"

La vida de un escritor es extremadamente vulnerable, apenas una actividad desnuda. No tenemos que llorar por ello. El escritor hace su elección y queda atrapado en ella. Pero es cierto que estás expuesto a todos los vientos, alguno de ellos en verdad helados. Estás solo, por tu cuenta. No encuentras refugio, ni protección -a menos que mientas- en cuyo caso, por supuesto, te habrás construido tu propia protección y, podría decirse, te habrás vuelto un político.

Me he referido un par de veces esta tarde a la muerte. Voy a citar ahora un poema mío llamado "Muerte"

¿Dónde se halló el cadáver?
¿Quién lo encontró?
¿Estaba muerto cuando lo encontraron?
¿Cómo lo encontraron?

¿Quién era el cadáver?

¿Quién era el padre o hija, o hermano
o tío o hermana o madre o hijo
del cadáver abandonado?

¿Estaba muerto el cuerpo cuando fue abandonado?
¿Fue abandonado?
¿Quién lo abandonó?

¿Estaba el cuerpo desnudo o vestido para un viaje?

¿Qué le hizo declarar muerto al cadáver?
¿Fue usted quien declaró muerto al cadáver?
¿Cómo de bien conocía el cadáver?
¿Cómo sabía que estaba muerto el cadáver?

¿Lavó el cadáver?
¿Le cerró ambos ojos?
¿Enterró el cuerpo?
¿Lo dejó abandonado?
¿Le dio un beso al cadáver?

Cuando miramos un espejo pensamos que la imagen que nos ofrece es exacta. Pero si te mueves un milímetro la imagen cambia. Ahora mismo, nosotros estamos mirando un círculo de reflejos sin fin. Pero a veces el escritor tiene que destrozar el espejo: porque es en el otro lado del espejo donde la verdad nos mira a nosotros.

Creo que, a pesar de las enormes dificultades que existen, una firme determinación, inquebrantable, sin vuelta atrás, como ciudadanos, para definir la auténtica verdad de nuestras vidas y nuestras sociedades es una necesidad crucial que nos afecta a todos. Es, de hecho, una obligación.

Si una determinación como ésta no forma parte de nuestra visión política, no tenemos esperanza de restituir lo que casi hemos perdido: la dignidad como personas.

A continuación, os doy los enlaces para verlo y escucharlo en grabación de televisión, o para leerlo.

VIDEO Link: http://nobelprize.org/literature/laureates/2005/pinter-lecture.html
TEXT Link: http://nobelprize.org/literature/laureates/2005/pinter-lecture-e.html

Gracias, F.

Zirbêth.

sábado, enero 28, 2006

POR MI CORDURA

Y la vuestra, de paso. Necesito cambiar de curro. ¿No véis lo monotemática que estoy? No estaba tan monotemática desde que me rompieron el corazón. Y, la verdad, me gustaría dejar de estar monotemática.

Porque, por ejemplo, estoy disfrutando mucho de mis dos lentas lecturas (es que no tengo tiempo y me quedo sopa enseguida cuando leo por la noche): El Conde de Montecristo y La comunicación no verbal. Sobre todo de este último hay cantidad de cosas que me están llamando poderosamente la atención y me gustaría comentar aquí.

El martes, se acabará la conden... el contrato, eso, y podré empezar a hacer muchas otras cosas. Aunque el lunes tengo una entrevista de trabajo, lo cierto es que creo que voy a tomarme febrero libre, entre otras cosas, para buscar un curro serio y mejor en todos los sentidos.

Así que, nada. Dos días más y os comentaré muchas cosas, para no aburriros más. Ahora, me vuelvo a la cama a ver si consigo dormirme sin que nadie llame por teléfono y lo fastidie. Mañana, madrugón otra vez: toca taller de costura.

Zirbêth, agotada.

ODIO LOS SÁBADOS

No, no me he vuelto loca, ni nada por el estilo. Cuando digo que odio los sábados, me refiero a que odio los sábados en El Corte de Mangas. Sexto día de trabajo de la semana, la vorágine de compradores y "tocaovarios" que se dan cita me enerva y agobia. Me pone de muy mal humor, porque muchos de ellos llegan de muy mal humor, con muy malos modos y te trata como si fueses un clinex (para usar y tirar). Y es sábado, sexto día trabajado, y la dosis de empatía se me ha acabado o anda muy justa, así que lo de "entender" que es que están estresados, a lo mejor usando su único día a la semana para ir de compras, cansados como yo de su semana de trabajo, pues como que no me sale. Pero, y con perdón, ¡al carajo! Porque, por el modo de tratarnos demasiadas veces, queda meridianamente claro que la empatía, ellos, ni olerla. Vamos.

Y, así, no resulta que esté loca: odio los sábados porque son el día más estresante de trabajo y, para colmo, el que menos vendo casi siempre. Sábados que, a partir de la semana que viene, y durante unas breves pero deliciosas semanas, serán míos y solo míos.

Aish, que ganicas tengo de despertarme un día y no tener nada de nada planeado para hacer: ni trabajo, ni smial, no amigos. Nada. Sólo yo, mis uñas y la barriga para rascarla.

Zirbêth, con los pies al doble del volumen normal (justo lo contrario que los embalses españoles, vamos).

jueves, enero 26, 2006

DECISIÓN

Por fin, se acerca el momento en que podré y deberé tomar la decisión de seguir en El Corte o no. La cosa va a quedar, más o menos, así: voy a pedir un cambio de tipo de contrato a uno de menos horas/días cuando me llamen para renovar, ya sea si me llaman en el centro (lo cual significaría que me quieren en el mismo puesto y horario y de manera automática) o si lo hacen de la oficina central (lo cual significaría que me reubicarían en un plazo de tiempo X). Mi jefe del departamento me quiere donde estoy y como estoy, pero yo no quiero ese horario: me matan los turnos rotatorios y el trabajar de lunes a sábado (no tengo tiempo ni energía para nada, aparte de que no hay manera de llevar una alimentación en condiciones). Si no me lo dan y no me renuevan, buscaré otra cosa. Tengo para vivir dos meses (uno de búsqueda y otro de esperar a que me paguen), así que me puedo permitir "el lujo".

La idea, en cualquiera de los casos, es tener febrero libre para hacer un montón de cosas que tengo que hacer, muchas pospuestas desde hace meses, entre las cuales está el descansar algo, los marrones de la mereth, estudiar, hacer una traducción de psicología y buscar un curro mejor (cosa que ya hago, en realidad). Además, en relativamente poco tendré que mudarme (otra vez), así que he de buscar teniendo en cuenta las nuevas distancias y vías de comunicación al posible curro.

Ah, sí. Y hay otra cosa que quiero hacer: escribir aquí. La de cosas que se me ocurren pero cuando llego a casa, o no tengo tiempo, o no me llega la energía (por lo general, mezcla de ambas cosas).

Zirbêth, toda proyecto ella.

sábado, enero 21, 2006

PUFFF

Siete días quedan de curro antes de que se me acabe el contrato, y no sé qué hacer. Si me renuevan, y parece que sí, me temo que querrán que siga inmediatamente. Pero yo necesito parar, o bien, que me pasen a otro tipo de contrato.. Tengo que hablar con el jefe. No sé qué hacer. Quiero findes libres, o tiempo libre, así, en genérico. Quiero traducir unas cosas, estudiar otras, preparar la mereth, coser, tener vida propia, vamos. Soy una quejica y debería conformarme con el hecho de que tengo trabajo. ¿O no?

¡Eru, qué cruz!

Zirbêth.

martes, enero 17, 2006

II MERETH ERUKYERMË

"Hay un rumor. Viaja desde los puertos hacia el sur y el este más rápido que el vuelo de los pájaros, y le sigue un brillo en los ojos de euforia apenas contenida, sonrisas y preparativos: trajes de gala, baúles de viaje, pan del camino...

El rey de Númenor -dicen-, ha mandado barcos cargados de invitaciones a todos los lugares de la Tierra Media y ha ordenado preparar alojamiento y comida a todos aquellos que quieran acudir a la festividad de la Erukyermë, la antigua celebración en la que los númenóreanos piden a Eru dones para el año venidero.

¿Pero cómo es posible semejante prodigio -preguntan otros-, que los barcos vuelvan a los puertos desde Númenor y que ofrezcan de nuevo llevarnos a una fiesta apenas recordadas ya en las historias más antiguas?

Los mensajeros dicen que el rey ha escuchado los sabios consejos de su fiel siervo Annatar y ha decidido abrir las puertas de su ciudad a los habitantes de Endor, para que puedan ver el esplendor de su tierra, escuchar su música cautivadora y disfrutar de la belleza y la hospitalidad de sus gentes."

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Si quieres saber más, ve a la web de la II Mereth Erukyermë. Númenor os espera a todos.

Zirbêth.

DOS SEMANAS

Me quedan dos semanas de trabajo en El Corte de Mangas. Estoy contenta y nerviosa, a un tiempo. Ando buscando algo de media jornada o entera, pero de lunes a viernes. Media jornada me dejará tiempo para la mereth, pero no sé si seré capaz de subsistir con una economía tan justita. En cualquier caso, haga lo que haga, tiene que ser de lunes a viernes. Quedan dos meses para la mereth y hay que sacarla adelante sin que ello signifique que yo muera en el proceso de un ataque de nervios. O por agotamiento.

La verdad, hay cosas que echaré de menos de este curro. Algunos compañeros, que el trato al público me gusta y que, en general, salvo encontronazos con algún idiota, me llevo estupendamente con todo el mundo. No sé si es la perspectiva de la comisión o, sencillamente, que se me da bien vender, pero me lo paso bien casi siempre. Luego, claro está, hay días que me apesta y aberra estar allí. Pero bueno, soy culo de mal asiento, así que es normal.

No estoy tan segura como hace un tiempo de que me vayan a renovar, ni tampoco lo estoy de querer que me renueven. Tengo la impresión de que necesito un trabajo más estimulante a nivel cortical, no sé si me explico. Pero vamos, de lo que estoy segura es de que quiero un curro de lunes a viernes, de horario normal, en turno de mañana si es intensivo o media jornada, y que no quiero oir hablar de turno rotativos ni de coña. Mi estómago y mis pies me lo agradecerán.

Zirbêth.

martes, enero 10, 2006

CAMBIOS

Hace cosa de un año, algo más, me dio unaventolera similar a la de hoy, aunque en aquella ocasión me salió de pena y ahora me ha quedado genial. No me lo esperaba, al principio me he quedado con cara de "oh-Dios", pero ahora, me encanta. En fin, que casi estoy por celebrar este cambio con otro, y poner la página azul en vez de violeta. No sé, lo pensaré un poco.

Ya no soy pelirroja. Ahora, soy castaño oscuro casi morena. A mí me gusta. A ver que cara ponéis cuando me veáis.

Zirbêth, mutando.

lunes, enero 09, 2006

MANTRA

Eso necesito. Para seguir adelante sin que me salga una úlcera. Y para disfrutra más de la vida. Porque hay cosas que se tienen que acabar ya. Entre ellas, que lo que la gente opine me afecte tanto.

Un mantra. Un buen mantra. Eso necesito.

Zirbêth.

viernes, enero 06, 2006

ROSCÓN DE REYES

Al final, hemos terminado de poner las rebajas a las dos de la mañana. La mayor parte de la gente ha demostrado ser inteligente y se ha ido a su casa a compartir la noche de epifanía con lo suyos, en vez de pasarse la noche hasta las doce de compras. Pero ha habido algún que otro comprador, conste.

Y, al final... al final he cedido a la tentación y me he comprado un roscón de reyes de 800 gramos*, relleno de nata que... a ver... mmmm.... está buena, sí, para mí solita. Bueno, no: si mañana quiere alguien venir a compartirlo por la tarde, supongo que todavía me quedará bastante. Y tendré leche con chocolate o sidra, a elegir, para los visitantes. Si nadie viene... tendré que comérmelo, claro. No se puede desperdiciar el roscón. Sería un delito, vamos.

Eso sí, si mañana nadie viene a verme, creo que me voy a dedicar el día a coser (sí, me, de dedicarme el día). Tengo que hacerme al menos un precioso y regio traje para la II Mereth Erukyermë, que está al caer. Si podéis, venid, porque va a ser grandiosa, y toda una lección de Historia Numenoreana.

Zirbêth, saboreando el primer trozo de roscón...

jueves, enero 05, 2006

NOCHE DE REYES

Esta noche, cuando los Reyes Magos dejen sus regalos en los zapatos, yo estaré colocando zapatos de rebajas en El Corte de Mangas. Hoy, cerramos a las doce de la noche y, luego, nos quedamos lo que haga falta para colocar las rebajas para el sábado. Así que, me temo, no podré dejar a sus majestades la casa como debiera, ni zapatos, ni comida para el camino, ni nada. Sírvanse lo que quieran, aunque sé que no estoy en la lista de esta noche. Mis Reyes Magos son más de andar por casa y nos iremos juntos de compras a las rebajas, supongo.

Pero para los otros Reyes Magos, esos más símbólicos que reales, hay algunas cosillas que quisiera pedirles, si no es molestia:
- La ya mencionada amnesia selectiva.
- Un curro de lunes a viernes que me deje al menos los mil euros netos en la cuenta al mes.
- Fuerza de voluntad y constancia para perder los kilos que me sobran.
- Fuerza de voluntad y constancia para ahorrar para poder llevar a cabo los planes de mudanza definitiva.
- Fuerza de voluntad y constancia, para cuando me vuelva a poner con las oposiciones, en unos meses.
- Sueños sin pesadillas.
- Memoria para lo importante.
- Cabeza para maejarme en la vida: sobre todo, por favor, que si llega el amor, no se lleve, de nuevo, mi cordura. Aunque, la verdad, no tengo ganas de amor ni de pareja...
- Que la mereth nos salga muy bien, en todos los sentidos.
- Que mi mami intente dejar de fumar, y lo consiga de una vez para siempre.
- Cruzarme con el menor número posible de capullos y malvados este año.
- Templanza y serenidad, para refrenar mi mal genio.
- Distancia: esa para ver los asuntos con perspectiva y no dejarme arrastrar por las emociones inmediatas.
- Que a quienes quiero les vayan bien las cosas.
- Que mi hermana cambie y deje de hacer lo que ya lleva demasiado tiempo haciendo.

Bueno, lo dejaré ahí, que pido más que hacienda. Tienen todo el año por delante para ir trayendo los presentes. Cumpliendo deseos...

Zirbêth.

LO QUE DA DE SÍ UN METRO

Pues, siendo sólo cuatro paradas o cinco, que no recuerdo bien, no está nada mal eso de leerse tres actos de Hamlet. Por supuesto, ya he leído Hamlet antes. Dos o tres veces, al menos. Pero cada vez que lo leo, lo descubro. Tiene que ver en eso mi mala memoria, cierto, pero también el salto que supone leer con cada vez más años encima, más experiencias vitales, en general, y literarias, en particular. Sigo encontrando pasajes complicados de entender, sí. Noto las diferencias culturales, por país y por época. Pero, sobre todo, me solazo en lo que en común tienen las palabras de Shakespeare con mi humilde persona, con tantos cientos de años entre su vida y la mía. Me gustó mucho, por ejemplo, los consejos de Polonio a su hijo, Laertes, que no puedo evitar ver tan actuales hoy como debieron resultar en su día. Juzgad por vosotros mismos:

"¿Todavía aquí, Laertes? ¡A bordo! ¡A bordo!
¡Vergüenza! El viento sopla en tus velas,
y ya te esperan. Ea, mi bendición,
y graba estos preceptos en tu memoria:
que no esté tu pensamiento en tu lengua;
no ejecutes pensamientos sin mesura.
Sé amable, más nunca vulgar;
a quienes sean tus amigos, con amistad probada,
amárralos al alma con ganchos de acero.
Mas no canses tus manos con agasajos
a imberbes advenedizos. Mira
que no seas quien inicie las disputas, pero ya en ellas
que sea el contrario quien se guarde de ti.
Presta a todos oído, a pocos tu opinión.
Toma consejo de todos, pero guárdate el tuyo.
No gastes en vestiir más de lo que posees
pero viste buenas hechuras. Busca calidad, no ostentación,
puesto que el traje delata a quien lo lleva
y aquellos que son en Francia de más rango
se muestran en ello meticulosos y selectos.
No prestes dinero, ni pidas prestado
pues a veces vuelan amigo y dinero a la vez,
y si te endeudas mermarás tus rentas.
Y sobre todo, sé sincero contigo mismo,
que a esto seguirá -como el día a la noche-
el que seas sincero con todos los demás.
Adiós, y que mi bendición en todo esto te confirme."

(Hamlet, W. Shakespeare, Cátedra, Letras Universales, 1992-2005)

¿Actual? Si os fijais, en la actualidad no cumplimos ninguno de los consejos del viejo Polonio a su hijo. Al menos yo no los cumplo, salvo en alguna ocasión. Son consejos de prudencia, y me reconozco imprudente sin disimulos. Quizás me engañe, quizás sea víctima de mi tiempo.

Porque, veamos. Siempre digo lo que pienso, en vez de guardármelo. Seguro que me libraba de algún que otro problema si mantuviese la boca cerrada. Pero en determinados temas, es que me supera y no puedo evitar saltar cual muelle. Lo contrario, me parece hipocresía. Lo cual no deja de ser un medio estupendo de que otros puedan saber por donde voy, qué esperar de mí, etc. Es decir, una desventaja. Podría decirse que es un rasgo de inmadurez porque, con los años, uno se supone que aprende de los palos y va mesurando sus comportamientos. Lo hago, lo hago, pero no aquí, en el blog, o en confianza, con mis amigos. En el trabajo, con extraños, ya es otro tema... Los que aquí entrais, o no me conoceis, o me conoceis bastante bien.

Sigamos. Iniciamos disputas sin tregua. Al menos, esa es la sensación que tengo. Y, al menos en mi caso, suele tratarse de un proceso similar al de no callarme la boca: reventar de indignación, defender lo que creo que hay que defender. En fin, esas cosas.

A veces, me paso de generosa con desconocidos, mientras que, lo reconozco, otras es precisamente con aquellos que mejor me quieren con quienes menos me esfuerzo y más parca resulto en mis expresiones de afecto. Soy idota, se ve.

Lo de la ropa, ya es otro tema. Es que vivimos en la época del aparentar. No importa que la ropa sea horrible, siempre y cuando lleve la marca tal o cual, y tampoco importa que comprarla nos cause un auténtico desequilibrio económico: la cuestión es que parezca que podemos permitírnoslo. Yo ahí no encajo, menos mal. Salvo algunas veces, mi ropa es de marca la pava y voy siempre buscando lo más económico/clásico. Menos mal, de una me libro.

A ver, qué más. Lo del dinero. Ay, ay, aquí soy yo la endeudada, que doloroso y espinoso tema. Pero trato de pagar mis deudas, poco a poco. Tengo mala cabeza, lo sé. Lo cual me recuerda... Aunque, por otro lado, no estoy de acuerdo del todo: si tengo y alguien a quien quiero no tiene y necesita, se lo doy. Con la conciencia, muchas veces, de que puede ser a fonfo perdido, para no engañarme. Pero no me puedo quejar: sólo una persona ha abusado de mí en ese sentido, y teniendo en cuenta el desastre que yo soy, no tengo derecho a quejarme.

Y, finalmente, trato de ser sincera conmigo misma. Casi siempre lo soy, pero a veces me engaño. Y esto que digo de mí, es mal endémico de nuestra sociedad actual, me temo. Vivimos en el eterno autoengaño, al menos en ciertos aspectos de la vida. Tiene esto mucho que ver con lo que decía más arriba sobre el aparentar. ¿O acaso no estamos atravesando uno de esos tiempos oscuros en los que vivimos más para afuera que para adentro? ¿Más por lo que pensarán y dirán de nosotros que por lo que nosotros pensamos y sentimos?

No, en realidad, no. Desgraciadamente, el aparentar, como la violencia, son características que han acompañado al hombre a lo largo de los siglos. Ojalá consigamos cambiarlo definitivamente algún día.

Zirbêth.

miércoles, enero 04, 2006

MAÑANA GOZOSA

Hoy me he dado un lujo: cuando me he despertado, a eso de las diez, en vez de levantarme me he quedado en la cama y me he leído las doscientas páginas que me quedaban de La hija de Homero, de Robert Graves. Una gozada, vamos. Y creo que esto bien merece una cita...

"-Tío -dije al cabo-, cuando Clitóneo y yo éramos niños y salíamos a merendar al campo, tú nos ayudabas a caminar narrándonos cuentos. Mi favorito era el del rey que no quería morir. Cuéntamelo otra vez.
-¿Con este calor, y colina arriba? ¿Jadeando como un sabueso después de una cacería?
-Te llevaré el morral, si haces lo que te pido. Quiero recordar los días en que no tenía preocupaciones.
-Muy bien, consiento. No, querida mía, también puedo encargarme del morral. Pronto estaremos entre los aromáticos pinos, y entonces no me pesará tanto... Sí, el rey se llamaba Ulises. Se dice que Ulises fue nieto de Atólico y antepasado de los focios.
- Como Odiseo.
-Como Odiseo -convino mi tío-, y por lo tanto algunas personas confunden a Odiseo con Ulises. Esta es la historia, tal como la escuché de los mistagogos de Egesta, en explicación de la danza que antiguamente se bailaba allí en el apogeo del verano.
"Autólico el focio era un consumado maestro en materia de robos, ya que Hermes le había otorgado el poder de mutar los animales que robase, de cornudos en carentes de cuernos, o de negros en blancos, y a la inversa. Y así, aunque Sísifo, rey de Corinto, su vecino, advirtió que sus rebaños se reducían cada vez más, en tanto que los de Autólico crecían, durante varios meses le fue imposible condenarlo por felonía, y por lo tanto, un día grabó en la parte interior de los cascos de todos sus animales el monograma CO, o, según dicen algunos, con letras que decían "Robado por Autólico". Esa misma noche Autólico hizo lo que acostumbraba a hacer, y al alba las huellas de cascos en el camino proporcionaron a Sísifo suficientes pruebas para reunir testigos del robo. Visitó los establos de Autólico, identificó los animales robados por sus acscos marcados y, dejando a sus partidarios para que reprendiesen al ladrón, dio la vuelta a la casa a toda carrera, entró por el portal y, mientras adentro se desarrollaba una acalorada discuión, sedujo a Anticlea, la hija de Autólico y esposa de Laertes el argivo. Ella le dio a Ulises, la forma de cuya concepción explica la astucia que habitualmente demostraba, y su apodo, "Hipsipilon", que significa, "El del Alto Portal"."
(La hija de Homero, Robert Graves, Pocket Edhasa, 2005)

La narración continúa, hasta contar la historia del rey que quería ser inmortal, Ulises. Si queréis saberla, leed este libro. Merece la pena, como todo lo que he leído de Robert Graves.

Zirbêth.

domingo, enero 01, 2006

DESDE PEQUEÑITA

Ante todo, Feliz año 2006. Os deseo a todos un año lleno de buenaventuranzas, nuevas ilusiones, gozos y sueños cumplidos.

He pasado el cambio (inevitable) de año en casa de mi mami, en Aranjuez, con ella, Pedro y mi primo Saruman. Ha estado muy bien, con comida excelente, buena conversación y compañía casi inmejorable (lo de los amigos ausentes es una constante, qué se le va a hacer). Y, como es normal en estas situaciones, ha habido anécdotas propias y ajenas. No sé muy bien por donde iba la conversación, pero el caso es el tema era la común virtud/defecto que S. y yo compartimos de decir lo que pensamos saltándonos muchas veces eso de las buenas maneras, las costumbres sociales y otras normas no escritas pero igualmente existentes. Y mi madre me ha dicho:

- Bueno, es que ya eras así de pequeña. Como esa vez que la abuela te llevó con ella a misa y volvió diciendo que no te iba a volver a llevar con ella, que menudo mal rato y menuda vergüenza le habías hecho pasar. Al parecer tú, cansada de tanto sermón, te levantaste e interrumpiste al cura: "bueno, ya está bien, cállese pesao, que lleva mucho rato ya hablando...".

Esta visto que siempre he sido calva de lengua. Porque, a esa edad, son cosas de críos soltar semejante comentario y quedarse tan pancho. Pero es que, cuando la cosa clama al cielo, sigo haciendo lo mismo: lo digo, pese a quien pese (muchas veces, a mí más que a nadie).

Zirbêth, lenguilibre.