jueves, abril 27, 2006

BREVES

Menuda semana, no tengo tiempo de nada, leñe. Así que me atendré a los imperativos espaciotemporales y seré breve:

- El curro bien. Aprendiendo todos los vericuetos del oficio propios de la empresa, a mis compañeras (somos todo mujeres en esta oficina), y con ganas de controlar cada detalle para "ser la mejor" (;D).
- Explorando los alrededores, he descubierto que hay una sucursal de mi restaurante bufet libre vegetariano favorito supercerca de la ofi. ¡Más contenta que estoy! A ver si os animáis a proponerme ir a comer (de 2 a 4).
- Con una de mis compis, S., estoy haciendo amistad. Es muy maja, sincera, buena gente. Nos vamos siempre a pasear una hora después de comer a modo de descanso ejercitado.
- He descubierto que el edificio tiene cuadros de mi tío M.A. ¡Qué cosas!
- Un paquete de palomitas Risi cuesta veinte céntimos más caro en el kiosko que hay al pie de mi edificio que en la tienda de los chinos de Aluche a la que voy cuando paso por allí. No veas cómo se nota el barrio megapijo. ¡Jo**da Milla de Oro!
- Necesito urgentemente unos zapatos negros de verano. Se me están recociendo los pieses.
- La adaptación a esto de tener curro con horario está siendo algo durilla. Como esta semana he tenido que comprar camisas y cosas que necesitaba para el curro, amén de compra de esas de ingerir, pero pretendo seguir haciendo ejercicio, mantener mi dormitorio habitable,... en fin, esas cosas, de momento, no he conseguido dormir más de seis horas al día, y eso sin hacer ejercicio dos de los días. Menos mal que camino mucho...
- También voy descubriendo un poco "quién es quien" en la oficina, y a prever qué me puedo esperar.
- ¿Por qué si uno está hablando con alguien y le llaman por telefono, interrumpe la conversación para hablar con el que llama por teléfono, pero si alguien está hablando por teléfono y alguien llega para hablar, jamás se interrumpe la comunicación telefónica? ¿Qué hace más importante a la persona del teléfono que a la que tienes a tu lado?

Y ahora me tengo que ir. Ya seguiré luego... si tengo tiempo.

Zirbêth

jueves, abril 20, 2006

QUÉ COSAS

Hay un tipo, llamado Inocencio, que tiene el mismo DNI que yo. Es algo que ya sabía, pero al ir hoy al INEM, el funcionario se ha encontrado con la coincidencia indebida y ha cambiado un par de cosas. Resulta que es algo que ocurre, así que me tenían asignada una subclave para mis datos e información. Pero el funcionario ha visto que el otro sólo tenía algunos datos personales, y ha hecho un cambio. De ahora en adelante, al consultar, soy yo la que sale y a él le han asignado una subclave. Se ve que él no hace demasiados movimientos, así que...

Ya sólo quedan tres días para que el nombre por el que me llamen más a menudo sea el que mi madre decidió. Los últimos tres meses casi siempre ha sido Éowyn, o Eo, que es como parece que mejor se manejan. Tendré que acostumbrarme.

Zirbêth.

DUDA EXISTENCIAL

¿Por qué hay tanto "tocapelotas" en el mundo?

Zirbêth.

miércoles, abril 19, 2006

SEGUNDO INTENTO

Después de Navidad, inicié una "operación caberenlaropadehacetiempo" (es que era un poco pronto pal bikini). No fue mal, porque, aunque no fui todo lo rigurosa que debía, perdí cosa de cinco kilos. Peeeeero, a mi los nervios me dan ganas de comer, y las tres semanas anteriores a la mereth me puse muuuuy nerviosa. Así que desde entonces hasta ahora, lo cierto es que, como poco, he recuperado cuatro de esos cinco kilos.

Snif.

Así que ahora, con ayuda del horario regular que me va a proporcionar este nuevo curro, voy a tratar de bajar de peso. Eso sí, esta vez sin el Chitosan, porque me estriñe una barbaridad.

Creo que lo que voy a hacer va a consistir en cuatro cosas:
- Cuidar y mejorar los hábitos alimenticios.
- Dejar los vicios engordantes.
- Hacer ejercicio.
- Dejar los vicios engordantes.

Pero la cosa es que me gustaría eliminar ese equipaje sobrante que me traje de Valinor. Con lo mona y delgadita que estaba cuando llegué allí, madre mía. Ya me podría haber traído quince kilos en billetes de cincuenta libras, en libros de Tolkien, en ropa molona. Pero no, me lo traje en helados, carrot cakes y muffins procesados y acumulados en la tripota y demás zonas de almacenamiento. Si es que...

Así que, nada. A sufrir toca. Con lo que me gusta comer guarradas tirada a la bartola viendo pelis. Si es que no puede una tener aficiones...

Zirbêth, buenos propósitos.

Y ES NO SÉ QUÉ PONERME...

Cuando en la entrevista me dijeron que si tenía algún problema con llevar uniforme, la oferta subió un punto.

"¡Pero cómo! ¿Te gustan los uniformes?", me diréis. Y no me queda otra que decir: sí, siempre y cuando no sean militares. Y, encima, me gustan en sentido literal, y no el figurado atribuíble al mozo que lo lleva.

Me gustan los uniformes porque me libran de esa pesadilla mañanera de "qué me pongo". Sé que tengo ropa, bastante (no porque compre mucha, sino porque rara vez tiro nada), pero de verdad, hay mañanas que me levanto y no sé qué ponerme. Y claro, meto la pata. Como hoy, que cuando me he enfrentado a las puertas abiertas de Moria, de verdad que no sabía si pasar o salir corriendo. Y he metido la pata, obviamente, por la mirada que mi futura jefa de ha echado. Mañana voy a tener que ir a llevar un papelote más y, por Eru y por todos los Valar, que me despierte más inspirada.

Si es que lo de estar siempre en pijama no es bueno para el sentido estético...

Zirbêth, que ya se ha comprado un traje de chaqueta para su nuevo curro (es el uniforme y no quepo en el que tenía, que encima es de invierno y es morirse de calor...).

martes, abril 18, 2006

SEXO

Y ahora que tengo su atención...

Jajaja, no, en serio.

Es que vengo de descubrir que Bumblecat ha vuelto a escribir, y estoy feliz. Feliz, porque escribe maravillosamente. Es de esas blogueras que escribe según siente, sin determinar ni limitar su blog por temáticas o por prejuicios. Es, vamos, de las que me gustan. Y, como decía, ¡es que encima escribe genial!

Y me he leído todos los posts de una sentada. El que más me ha gustado, uno que refleja una conversación de sus hijas pequeñas. Pero también me ha llamado la atención el que habla sobre sexo. Tanto, que le he dejado un comentario excesivamente largo. Es que me han dado ganas de hablar con ella, y con algunos de sus lectores comentaristas también.

Me ha hecho pensar un rato, porque lo que plantea es algo con lo que coincido en muchos sentidos. Y, sin embargo, quienes leéis este blog sabéis que rara vez hablo de sexo.

Uno podría pensar que soy una reprimida, que me da corte, que..., no sé, cualquier cosa (vamos, vamos, sed creativos). Pero no es así. Es sencillamente que no es lo que tengo en la cabeza. No me resulta imprescindible en esta etapa de mi vida. Hace años era otra cosa. Pero desde hace unos años, no sé, simplemente, o es con amor y por amor, o es que no me da el deseo para nada más allá de un par de polvos, así dicho. Y, además, es que hay taaaaantas cosas interesantes que hacer que, sencillamente, no está en mi lista de apetencias vitales inmediatas.

Ahora seguro que ya todo el mundo se ha convencido de que me falta un tornillo. Jajajaja.

Pero no. Es decir, sí que me falta, pero no por esto que digo.

Con el sexo, me pasan cosas curiosas.

Por ejemplo:

- Llevo fatal sentir el deseo en una mirada de alguien a quien no deseo yo. Incluso me ocurre que si mi pareja o rollo es muy insistente con su deseo, me corta totalmente el rollo. Me repele sentirme deseada en exceso, salvo en determinados momentos y por alguien a quien ame de verdad.
- El deseo, cuando no es con amor de por medio, es escandalosamente estacional. Y encima, tampoco de estaciones completas. Salvo el otoño, que sí parece que me enciende la sangre con constancia, el resto del tiempo parace estar vinculado con los cambios de estación, o totalmente ausente. Sobre todo el verano, me deja completamente apática. Si es que da pereza moverse, pues en compañía tan cercana, aún más...
- Soy un poco tío: me duermo como un bebé al terminar, o incluso mientras, si estoy muy cansada. Aunque creo que eso ya lo he contado...
- Me gusta dar yo el primer paso. Supongo que se podría decir que también en esto soy un poco tío (o idiota, quien sabe), porque si parece que no tengo posibilidades, más aún me empecino... Vale, soy idiota.
- Muchas veces, en el pasado, el sexo era lo que hacía cuando la persona con la que estaba me aburría por no tener tema de conversación. Suena un poco duro, pero es la verdad. Sin embargo, para un buen polvo, para despertar deseo de verdad, nada mejor que alguien divertido e interesante en todos los demás campos.
- Si alguien no me atrae desde un primer momento sexualmente, jamás lo hará. Puede que llegue a acostarme con él, pero no habrá ese deseo que considero imprescindible si la cosa ha de ir bien de verdad.
- Una vez empecé un blog erótico, con idea de contar una historia cual aspirante a premio de La Sonrisa Vertical. Y en él, usé mi verdadero nombre.
- Ahora mismo, el sexo no me atrae casi nada. Prefiero leer, comer, hablar horas y horas con amigos... Pero sexo... No sé, no me apetece. Y eso que estamos en cambio de estación...
- Estoy totalmente a favor de acostarse con alguien en la primera cita. Incluso con un perfecto desconocido. Hay una especie de deliciosa dejadez y tranquilidad en eso de saber que, si no te gusta, si los ritmos no encajan, con suerte no vas a tener que volver a verle... Anda que no da pena lo de estar semanas saliendo con alguien para luego descubrir que no hay química más allá de la apariencia, que no es tu "talla", que no hay ritmo. Y, no sé los demás, pero para mí si no se funciona bien en la cama tras, como mucho, tres veces, la cosa no tiene muy buena pinta...
- Hay determinados aspectos físicos que son garantía de subidón: piel blanca, ojos azules, labios no demasiado gruesos... Y el olor. Si el olor es "el olor", ya tenemos la mitad de la excitación servida.
- No me gusta la palabra follar. La tengo demasiado vinculada semánticamente con un mal uso del sexo, es decir, un abuso. Prefiero palabras rídiculas y graciosas, como echar un kiki (¿o es quiqui?), un casquete, un polvete... No sé. Será que me encanta reir incluso mientras. Tampoco soporto la palabra joder. Supongo que por la misma razón.

En fin, creo que ya he hablado de sexo bastante por hoy. Por hoy y hasta saber cuando. Pero me quedo con esa frase que decía alguien en un comentario a Bumblecat:

"Masturbarse es bueno, pero follando conoces gente".

Jajajaja.

Zirbêth.

lunes, abril 17, 2006

DENTRO DE NADA

Dentro de nada, se me acabó lo de quedarme hasta las tantas viendo pelis y series. Lo de coser a cualquier hora, escribir en el blog en el momento que se me antoje, ni jugar al bitefight sin parar. Dentro de nada habré de ponerme guapa con cierta asiduidad, comprarme ropa y tal vez alguna pinturilla. Dentro de nada, también seguro que voy más a menudo a la pelu o, al menos, con más regularidad. Dentro de nada, dejaré de poder estar aquí chateando por las mañanas con Baya, de picar entre horas y de pasarme el día en pijama. Dentro de nada probablemente coma fuera de casa a menudo, aunque no sé si debería, seguro que voy de tiendas con cierta regularidad, aunque sólo sea para pasar el rato. En definitiva, dentro de nada mi vida va a dar un cambio significativo.

¡Ya tengo trabajo! De lunes a viernes, de nueve a siete con dos horas para comer, cerca de casa, sueldo aceptable, formación continua y contrato indefinido desde el primer día. ¡Si parece que han venido los Reyes Magos!

Zirbêth, feliz.

TEST: VALE, HE CAÍDO...

La verdad es que estoy algo sorprendida:


Which Hogwarts house will you be sorted into?



Your in-depth results are:

Hufflepuff - 16
Ravenclaw - 14
Gryffindor - 11
Slytherin - 6

Zirbêth, que siempre pensó que sería Griffindor...

CITA: EL AMANTE DE LADY CHATTERLEY. EXCURSIONES.

Estoy disfrutando esta nueva lectura, no tanto por la historia que cuenta como por cómo está contada dicha historia. No llevo mucho leído, pero la insatisfacción de Connie debida a la impotencia física por un accidente de su marido, es en realidad una excusa para una reflexión sobre el amor, el sexo y las hipocresías sociales que las envuelven en la Inglaterra de la postguerra de la 1ª Mundial. El libro rezuma fino humor inglés por todas las páginas y no disimula sus intenciones al emplear a este matrimonio y sus conocidos y amistades para destrozar los convencionalismos y demonizar, o simplemente desmitificar, tanto el amor idealizado como la ocultación del sexo como lo que muchas veces es: simple modo alternativo de relacionarse e incluso pasar el tiempo.

Clifford, en su silla de ruedas, pasea con su esposa por el bosque de su propiedad. Él sigue "confundiendo" el pasado de Inglaterra con el presente y, de un modo no carente de nostalgia, quiere conservar lo que queda de ese bosque suyo intacto para el futuro de Inglaterra. "Si no se conserva algo de la antigua Inglaterra" -dice- "no habrá Inglaterra en absoluto". Y es por eso que continúa:

"- Y nosotros, los que tenemos estas cosas y las comprendemos, tenemos el deber de mantenerlas.

Se produjo una pausa triste.
- Sí, durante algún tiempo.
- ¡Durante algún tiempo! Es todo lo que podemos hacer. Una pequeña contribución. Creo que en mi familia cada uno ha hecho lo que ha podido desde que tenemos esto. Puede uno estar contra los convencionalismos, pero hay que respetar la tradición.

De nuevo hubo una pausa.
- ¿Qué tradición? -preguntó Connie.
- ¡La tradición de Inglaterra! ¡De esto!
- Sí -dijo ella lentamente.
- Por eso hay que tener un hijo; uno mismo sólo es un eslabón de la cadena -dijo.

Connie no sentía ninguna admiración por las cadenas, pero no dijo nada. Estaba pensando en la curiosa impersonalidad del deseo que tenía él de tener un hijo.
- Siento no poder tener un hijo -dijo ella.

Él la miró fijamente, con sus ojos expresivos azul pálido.
- Casi sería bueno que tuvieses un hijo con otro hombre -dijo él-. Si lo educáramos en Wragby nos pertenecería a nosotros y a este lugar. No creo muy intensamente en la paternidad. Si tuviéramos un hijo que críar, sería nuestro y él continuaría. ¿No crees que vale la pena considerarlo?
Por fin le miró. El niño, su niño, no era más que un "lo" para él. ¡Lo... lo... lo...!
- ¿Y el otro hombre? -preguntó ella.
- ¿Y eso importa mucho? ¿Es que esas cosas nos van a afectar a nosotros? Tú tuviste aquel amante en Alemania... ¿Qué queda ahora de él? Casi nada. Yo creo que esos pequeños actos y esas pequeñas relaciones que tenemos en nuestras vidas no importan demasiado. Se terminan y ¿en qué quedan? ¿En qué? ¿Qué se ficieron las llamas de los fuegos encendidos de amadores...? Sólo lo que dura toda nuestra vida tiene importancia; mi propia vida es lo que me importa, en su larga continuidad y en su desarrollo. ¿Pero qué importan las relaciones momentáneas? ¡Y especialmente las relaciones sexuales mopmentáneas! Si la gente no les da una importancia excesiva, pasan como el apareamiento de los pájaros. Y así debe ser. ¿Qué importancia tiene? Es la compañía de toda una vida lo que importa. Es el vivir juntos día a día, no dormir juntos una vez o dos. Tú y yo estamos casados suceda lo que suceda. Tenemos cada uno la costumbre del otro. Y la costumbre, en mi opinión, es más vital que una excitación momentánea. Esa cosa larga, lenta, duradera..., eso es lo que nos hace vivir...; no un espasmo casual de la clase que sea. Poco a poco, viviendo juntas, dos personas adquieren una resonancia unísona, vibran íntimamente de manera común. Ese es el verdadero secreto del matrimonio, no el sexo; por lo menos no la simple función del sexo. Tú y yo estamos entrelazados en un matrimonio. Si nos aferramos a eso podríamos encontrar un arreglo para el asunto del sexo como arreglamos una visita al dentista; puesto que en ese aspecto el dentista nos ha dado un jaque mate físico.

Connie seguía sentada, escuchando con una especie de asombro y una especie de miedo. No sabía si él tenía razón o no. Por una parte existía Michaelis, a quien ella amaba; al menos eso se decía a sí misma. Pero su amor era de alguna forma sólo una excursión de su matrimonio con Clifford; de su larga y lenta costumbre de intimidad formada a través de años de sufrimiento y paciencia. Quizá el alma humana necesite excursiones y no haya que negárselas. Pero lo que define una excursión es que luego se vuelve a casa."
El amante de Lady Chatterley, David Herbert Lawrence, Ediciones Orbis S.A. y RBA Proyectos Editoriales 1982 (traducción de Bernardo Fernández).

Zirbêth.

domingo, abril 16, 2006

SE ACABA YA

Se acaba ya la Semana Santa, a falta de un sólo día para que los críos vuelvan al cole y algunos de los padres (los afortunados de cinco comunidades que aún tienen festivo el lunes) a sus martirios profesionales. Pero para la tele, no se ha acabado aún. Llevan todo el día con escenas del nuevo Papa en Roma, y hace unos segundos (sí, estoy con el telediario puesto) han mostrado unas escenas de la infanta Leonor, toda rolliza ella, que al parecer la han sacado en público. Y, claro, ya que la sacan, pues hacen un breve recorrido por las otras ocasiones en que ha sido filmada. Entre esas ocasiones, la del bautizo.

Y a cuenta de esa imagen, y de una conversación anoche sobre religión y ateismo, me han venido a la cabeza dos anécdotas que mi madre me contara y que, de algún modo, se podrían considerar presagios de mi "irreverencia".

El día de mi bautizo, y mucho más rolliza, según tengo entendido, que la infanta, dejé sentado mi disgusto por aquella ceremonia y sus implicaciones de un modo que se podría considerar soez, de no ser por la tierna edad en que aquello ocurrió. Cuenta mi madre que, al exharme el agua fría por la cabeza con la que quedaba a ojos de la cirstiandad incluída en su "club", un olor horripilante salió de mi monísimo traje e inundó primero a los más cercanos (cura, padrinos, progenitoes...) y luego el resto del santo lugar, para disgusto de unos, sonrojo de otros y (imagino) sonrisas como mínimo de los demás. Y es que se ve que eso de que me batizasen así, sin consultarme ni nada, no debió hacerme demasiada gracia.

Pero, en fin, los años pasaron apacibles y aquello quedó en mera anécdota. Total, sólo tenía meses, así que se convencieron de que nada se ocultaba tras mi apestosa intervención.

Tres años aproximadamente más tarde, mi abuela me llevó a misa. Supongo que no era un hecho aislado eso de llevarme a misa, pero mi madre no me ha dado más datos. La cosa es que me llevó a misa y yo... Bueno, al parecer, el sacerdote se "enrolló" mucho, muuuucho rato. Y claro, cuando la cosa iba ya de más de media hora de sermón, me levanté y le espeté que se callase. "¡Callaté ya, pesao, que no paras de hablar...!". Mi abuela volvió a casa aún colorada, avergonzada perdida por lo que yo había hecho, diciendo que jamás me volvería a llevar a misa, que menudo bochorno le había hecho pasar.

Así, un par de años o tres después, no debía de haber extrañado a nadie que, estando en un colegio de monjas, yo le rebatiese a la hermana en las clases de religión eso de Adan y Eva, de haber sido creados por un dios, etc. Ni tampoco que me fuese de la catequesis (creo recordar que pidieron a mi madre que no me llevase más, pero eso tendría que ratificarlo ella) porque me parecía que lo que decían no era lógico ni sensato y más o menos decidiese que no quería hacer la comunión (aunque años más tarde la hice, por muy malas razones).

Así que, la Semana Santa se acaba ya. Pero lo que da rabia es que se acaben las vacaciones, porque, sin ánimo de ofender, a mí lo que me produce el fin de esta semana, es alivio*.

Zirbêth.

*Conste que, en Madrid, la Semana Santa puede "evitarse", y de hecho la evito. Porque en otras ciudades, no se puede lograr semejante proeza...

martes, abril 11, 2006

EL TEMA ES EL COMPROMISO...

Sí, va a ser eso. Va de que es críticable (constuctivamente) y hasta cierto punto algo incomprensible, pasando por ilógico e inmaduro, que sea capaz de comprometerme tanto con cosas consideradas secundarias, y no acabe de hacer lo mismo con mi propia vida.

En fin, seguimos buscando curro. Yo creo que, para la semana después de esta festiva, ya estaré trabajando...

Zirbêth, anormalmente optimista. Es lo que tienen las merith...

lunes, abril 10, 2006

CONCIERTO CALLEJERO

Después de una opípara comida, ayer fuimos a la calle Preciados. Pasamos un babeante momento por la sección de cómics de la Fnac y luego seguimos calle abajo. Pocos metros más abajo, un grupo de cuatro violines, una viola, un chelo y un contrabajo, comenzaron a tocar. A tocar maravillosamente.

Pronto, una multitud se fue concentrando alrededor. Y el silencio se fue extendiendo para dejar paso al Adagio de Albinoni, después la Primavera de Vivaldi y a continuación, el ¿Verano? No lo sé, sé que era una de las estaciones, pero no cual.

Pero entonces, una moto de la policía nacional se metió entre el público, molestando a todo el mundo. Se plantó delante de los músicos, y algunos dejaron de tocar. Pero no así el primer violín, porque, sencillamente, estaba con los ojos cerrados y completamente concentrado en su música. Así que el policía, ni corto ni perezoso, agarró y encendió la sirena y las luces, interrumpiendo de ese modo el concierto callejero.

No sabéis como me puse. Me dio una pena, una rabia tan grande, que casi lloro. La gente epezó a abuchear al policía, que seguía allí, prepotente perdido, haciendo gestos despectivos para que los músicos se fueran. Su compañero se había quedado parado, sin interrumpir, y no se acercó hasta que la música cesó. Se armó una buena, porque la gente protestaba enérgicamente, imcrepando y abucheando al policía.

Y es que no lo entiendo. El ayuntamiento les ordena que les interrumpan: no han pagado por hacer ese uso de las calles. Pero me cuesta entenderlo, de verdad. Recuerdo amigos extrangeros que me hablan precisamente de esos conciertos espontáneos callejeros como parte del encanto de Madrid, como algo que hace merecer la pena el riesgo que, en esa misma calle, corres de que te roben la cartera, para lo cual, lo siento, pero el celo de los representantes de la ley no parece ni remotamente el mismo. Entiendo que no se permita la venta ilegal de mercancías pirateadas o de dudosa procedencia, pero, ¿música en directo? ¿Música que se convierte en atractivo turístico y que beneficia a bares y comercios de la zona? ¿Música maravillosamente interpretada que llena la calle de silencio voluntario, de paz y sonrisas? Unas calles, por cierto, llenas de ruidos desagradables y de obras que beneficiarán económicamente a los de siempre.

Lo siento, pero me parece una vergüenza. Y, lo menos que podría haber hecho ese policía, es haberles pedido que se fuesen una vez terminasen la pieza. Hay que ser capullo, vamos.

Zirbêth.

FASTIDIO...

Qué rabia me da cuando quiero poner una cita y se me pierde en las páginas del libro...


Zirbêth, buscándo.

domingo, abril 09, 2006

TENGO GANAS...

De irme unos días de Madrid, al campo, lejos de la civilización, a caminar entre el sonido del viento y de la naturaleza.

De pasar un tiempo en compañía solitaria, leyendo con alguien cerca con quien poder intercambiar alguna mirada de vez en cuando sabiéndome, así, acompañada.

De encontrar un caminante que camine al mismo paso que el mío. Alguien de quien no me canse, alguien con quien siempre me apetezca estar.

De caminar incluso por esta ciudad enorme y contaminada, pero que guarda belleza en los lugares más insospechados, y a la que el sol a ratos baña de ilusiones.

De sol, de playa, mar y temperaturas templadas.

De olvidar y sanar, de una vez por todas, la heridas del pasado.

De encontrarme a mí misma y gustar de mi propia compañia.

De sentarme frente al ordenador con una idea fantástica y escribir un cuento para todos los que quiero. Hace mucho que no escribo cuentos.

De encontrar algo que me deslumbre y me llene, como ocurre con el amor, pero sin ser necesariamente el amor.

Aunque también de amor tengo ganas.

Zirbêth.

viernes, abril 07, 2006

NO DEJA DE SER CURIOSO...

Ni idea de cuándo exactamente me dijeron esta frase por primera vez, y ni siquiera consigo recordar exactamente si era o no de Lord Byron, o de quién balrogs era. Pero venía a decir esto:

"Una mujer ha de ser lo suficiéntemente inteligente como para admirarte, pero no tanto como para querer ser ella la admirada".

Como frase machista, no tiene precio, vamos. Así que no puedo evitar torcer el gesto cada vez que me cruzo con alguno que sólo busca eso en una mujer. Hay que ser muy poco hombre para buscar en una mujer sólo que le hagan sentirse precisamente eso que demuestran no ser: hombres.

Pero aún llevo peor cruzarme con las que se conforman con ser eso, un florero, para tener a un hombre con ellas. Hay que ser muy poca mujer para conformarse con un individuo que no llega a ser un hombre.

Así que no deja de ser curioso que quien me la recordó denostándola, al cabo de tanto tiempo, haya resultado ser precisamente practicante de la misma.

Zirbêth.

D de DECEPCIÓN

Me acabo de terminar V de Vendetta, y me he quedado un poco pluf. Supongo que porque me habían hablado tanto de él, que me esperaba algo mucho mejor. Y no sé como expresarlo, pero aunque la idea me gusta, hay algo en el modo de contarlo que no me convence, así como alguna de las ideas que trata de transmitir que tampoco. No se trata sólo de lo que el propio Moore comenta en la introducción, que la obra conoció dos fases y se respetaron algunas ideas de la primera pese a que no eran coherentes con la que le siguió. Hay algo en la estructura narrativa diálogos-viñetas que me resulta muy confuso, como emborronado, y aunque supongo que es para expresar la sensación de locura del personaje, no me acaba de convencer del todo.

Aparte, Moore está de algún modo ligado a M., y eso hace que tenga un cierto regusto amargo difícil de evitar. Aunque, eso sí, ahora que lo he leído entiendo un par de cosas que solía decir... (comentario autocensurado).

Prefiero Prometea, la Liga de los caballeros extraordinarios y Watchmen, que es lo que de momento he leído de él. Mejor escritas y estructuradas, mejor narradas también visualmente (especialmente La liga). En mi modesta opinión, que yo no soy ningún crítico de cómic, ni literario, quede claro.

Sin embargo, he de decir que, pese a que me gusta mucho Moore, tengo muy por encima en estima a Gaiman. La atmósfera que cosigue dar a sus narraciones es tan feérica, tan real e irreal a un tiempo, que consigue lo que Tolkien: transportarme completamente en el tiempo y el espacio y hacer que lo que cuenta sea, de algún modo, muy real. Creo que, al plasmar sus ideas alimentadas de mitologías, literatura y cultura popular, Gaiman tiene una elegancia que Moore no consigue alcanzar.

Tolkien y Gaiman crean mitos y mundos. Moore, sólo cuenta buenas historias. Que ya es mucho, por cierto.

Zirbêth.

miércoles, abril 05, 2006

VUELTA AL COLE

Ya está. Anoche, a eso de las dos de la mañana, termine de recolocar todo en su sitio, hice el inventario de telas y trastos de manualidades, las reubiqué lo mejor posible y cerré, definitivamente, la II Mereth Erukyermë.

Así que ya me he puesto a buscar curro. Estoy a la espera (con altas posibilidades) de que me den otro libro para traducir, lo cual sería perfecto para, o bien combinar con un media jornada y sacar pelas para proyectos futuros (visitas a amigos incluídas), o si me lo diesen, hacer el curso de técnico de vestuario que he pedido en el Inem.

Mañana me levantaré temprano: quiero ir a la consejería de educación a mirar unas cosillas de los de ser interina, a pedir cita para una analítica completa, y a un par de asuntos más. Ya he mandado cv a un par de sitios, pero he de mandar muchos más. Me quiero dar una vuelta por mi zona, a ver si encuentro algún anuncio que me interese y dejo cv también.

La cuestión es conseguir un curro con los siguientes requisitos mínimos: de lunes a viernes, horario de mañana en intensivo o jornada completa, sueldo que ronde los 900 euros. Lo tengo crudo, vamos, XD.

Pero eso es sólo la punta del iceberg. Lo que sigue pendiente es eso de lo que ya hablé: hacerme un plan de vida. Todo un desafío.

Zirbêth.

martes, abril 04, 2006

AL VOLVER...

Creo que no me equivoco al decir que para todos los que asistimos a este tipo de eventos, la vuelta a la realidad es, como poco, lastimera. Te acercas al coche y lo ves como un artefacto monstruoso completamente ajeno a la realidad de la que vienes, en la que estás inmerso. La ropa se te hace extraña, fea, antinatural... Llegas al trabajo y has olvidado todo lo que se supone que deberías hacer, tan lejano es todo, tan irreal.

Yo he llegado y no sé como ponerme a hacer las cosas de rutina. Salvo el ordenador, no he tocado nada que se parezca a una máquina, y aún este porque lo puedo identificar fácilmente con el Palantir, una de las piedras mágicas con las que comunicarnos en las grandes distancias y ayudar, así, a vigilar y guardar el reino. La tele, por supuesto, ni tocarla. Y se me van los ojos a la estantería, porque ha renacido en mí la necesidad de volver como sea a este mundo que es el real, en muchos sentidos difíciles de explicar y más aún de entender para quienes no lo conocen y comparten. De volver, decía, por el medio más seguro y rápido: comenzar la relectura de las obras del profesor que más me gustan, y de sumergirme de nuevo en ese mundo que permanecerá por siempre como el hogar de mi corazón.

Por Númenor, y por los amigos ausentes.

Éowyn Zirbêth Atharien.

domingo, abril 02, 2006

MANUSCRITO

Las tapas están forradas de cuero y en estaño repujado y envejecido se puede ver la runa de Tolkien. Está colocado sobre un atril de madera, y ha estado allí durante una buena parte del tiempo. Pero he pasado muchas veces con prisas, con la cabeza llena de cosas importantes: las escenas, los invitados, el atrezzo... Por fin, un descanso. Un cartel reza "Firmad, insensatos". Yo no he firmado aún, no tengo tiempo...

Lo cojo entre mis manos, y el tacto es cálido. Paso algunas páginas, viendo las hojas llenas de dibujos y palabras de los visitantes e invitados. Al azar, abró aquí y allá. Palabras de agradecimiento, de cariño, de ilusión. No acabo de centrarme en ninguna, no sé por donde empezar. Pero una letra azul oscura me detiene. Es muy elegante y ordenada, y las palabras se inclinan ligeramente.

"Recurrir al tópico de que no hay palabras acude a mi cabeza. Lo rechazo insatisfecho. Pero, ¿cómo puedo explicar lo que siento entre vosotros? ¿Mirar vuestros ojos y reconocer un amigo al que parece que no hace un día al que dejé?
¿Saberse querido sin haber hecho mérito alguno que me haga merecedor de vuestro cariño?
..."

No puedo seguir leyendo. Las lágrimas han desbordado estos ojos míos que apenas han dormido. Me quito las gafas, pues acumulan las gotas saladas. Pestañeo deprisa, busco la firma sin terminar de leer y vuelvo a intentarlo.

"¿Saberse querido sin haber hecho mérito alguno que me haga merecedor de vuestro cariño?
Sólo os diré que retornar a Númenor es en realidad un viaje al hogar querido y la seguridad de que la partida significará dejar aquí un pedazo de corazón.

Mandos
"

Ya no son sólo lágrimas. Estoy llorando. Me miran y sonríen, no demasiado estrañados, porque no soy la primera ni la última en llorar estos días. Aún así, alguien se me acerca. Le doy el libro y balbuceo "mira lo que ha escrito Mandos...", y me voy.

Le encuentro fuera, casi en la puerta del palacio, y me abrazo a él. No sé lo que le digo, pero las palabras no importan, pues todo se ha dicho ya.

"Bien, aquí, queridos amigos, a la orilla del Mar, termina por fin nuestra comunidad en la Tierra Media. ¡Id en paz! No os diré: no lloréis; porque no todas las lágrimas son malas."


......

Aún no he podido leer las demás firmas. Pero sé que cada una de ellas me arrancará una sonrisa, una lágrima o ambas cosas a la vez.Muchas gracias a todos.

Porque me habéis llenado el corazón de MAGIA.

Éowyn Zirbêth Atharien.