lunes, julio 06, 2009

SOLEDAD IMPRESCINDIBLE

Cada vez más acuciantemente, siento la necesidad de irme a vivir sola. No es capricho, ni tampoco creo que la cuestión sea que ya tengo una edad en que debería vivir sola. Hay mucha gente que pasa de vivir con su familia a vivir en pareja, y eso es lo que les pide el cuerpo. Pero no es mi caso. Yo necesito vivir sola. Llegar por las tardes a casa, tras todo el día rodeada de gente y atendiendo a gente, y estar sola. Completamente sola. Mi gata, silenciosa, que con dos caricias y cuatro palabras mientras le doy de comer se siente satisfecha y me ofrece su compañía sin demandar mi atención. Soledad para que mi cerebro, tullidito él, ya sabéis, con eso llamado ansiedad social, se recupere del esfuerzo de cada día solazándose en la soledad silenciosa de voces que esperan respuesta.

Soledad que, los fines de semana, se traduzca en independencia organizativa. Levantarme y desayunar tranquilamente, sin voces que me recuerden lo imperioso de aprovechar las horas menos calurosas para hacer cosas. Sin estar sujeta a los horarios y necesidades de otros. Condicionada sólo a mis necesidades de descanso mental. Ya saldré a buscar jarana cuando la necesite.

Necesito, por favor, necesito soledad.

Zirbêth.